Sin alianza ni proyecto, así llegará el PAN al 2024

Sin alianza ni proyecto, así llegará el PAN al 2024

Si algunos comentaristas políticos dicen que el presidente del PRI, Alejandro «Alito» Moreno Cárdenas, es el sepulturero de su partido, Marko Cortés, su homólogo, bien puede ser el del PAN. A Cortés le ha tocado la debacle en las elecciones presidenciales de 2018, haber perdido seis gubernaturas desde entonces, y aliar a la institución al enemigo que dijeron combatir durante décadas.

Cortés, que tenía la esperanza de construir su candidatura presidencial rumbo a 2024, ha ido encerrando al PAN, no en un grupo opositor responsable, sino en uno que condena todas las propuestas oficialistas y eso mismo no le ha sentado bien contra un régimen que mantiene una gran aceptación ciudadana. A pesar de todo, el partido retiene cuatro gubernaturas más otras dos en alianza.

No obstante que aún es la segunda fuerza política del país, el PAN no juega un rol importante en el crucial 2023 que antecede a la madre de las batallas en 2024, por la presidencia de México. Al cierre de esta edición, la coalición Va Por México estaba en una pausa, decretada por el PAN y el PRD debido a las intenciones de «Alito» Moreno de romper la moratoria constitucional a favor de Palacio Nacional.

En 2023, el PAN, por vía de ese acuerdo de Va Por México, cedía la elección de candidato por el Estado de México, el cual nunca ha sido gobernado por otra fuerza política que el PRI en más de 90 años; pero audazmente, deslizaron a su propio candidato, Enrique Vargas del Villar, que incluso viajó a España para recibir “la bendición” de Enrique Peña Nieto. Mal cálculo contra el Grupo Atlacomulco.

La élite priista más longeva reaccionó con notable rechazo a la postura del PAN y en su lugar -todo indica que la abanderada del grupo, y del actual gobernador Alfredo del Mazo– será su secretaria de Desarrollo Social, Alejandra del Moral, también encargada del popular programa Salario Rosa que ya opera en el Estado, en busca de afianzar la reputada maquinaria electoral del partido.

El movimiento de Cortés fue de pobre cálculo, no tuvo en cuenta que las dos elecciones de 2023, Estado de México y Coahuila van ligadas. Dada la paridad de género, debe ser un candidato hombre y uno mujer, y de ir Vargas del Villar, no podría ir un hombre en Coahuila, un feudo histórico y bastión simbólico del PRI, donde quieren ir con Manolo Jiménez, favorito del actual gobernador, Miguel Riquelme.

Además, el Estado de México no sólo es el granero electoral de México, con el padrón más numeroso de todo el territorio, es también uno de los últimos bastiones del orgullo priista y pensar que van a ir a la contienda conducidos por un panista, es algo fuera de la realidad. En la elección para gobernador en 2017, el PAN, con Josefina Vázquez Mota, cayó a un desastroso cuarto lugar y la situación no ha mejorado.

Va por México, una alianza rota

La pifia de Cortés no termina ahí. Al dar prioridad a la alianza Va Por México, ha alienado a una base de panistas que creen que su partido tendría reales posibilidades ante la ciudadanía si compite por su cuenta. En lugar de ello, por mantener la alianza, Cortés ha soslayado lo nocivo que es aliarse con alguien con «Alito» Moreno, dado el daño que han hecho sus audioescándalos.

En lugar de ello, el PAN se revela como un mero complemento que no figura si el PRI, y en menor medida, el PRD, no hacen coalición con él, y no como una fuerza propositiva capaz de competir. En lo que va del actual gobierno, han hecho todo lo posible por bloquear cualquier iniciativa del presidente López Obrador, al que consideran un “dictador”; una realidad que sólo existe en la mente de Cortés y los opositores más encarnizados.

Son demasiados errores de cálculo, como el pensar que Ricardo Anaya, en caso de competir por la presidencia en 2024, podría ser aceptado por el PRI, aun yendo en coalición. El mismo Anaya que ofreció encarcelar a Peña Nieto.

Desierto para la presidencial

El meme recurrente es que la mayoría de los candidatos presidenciales del PAN para 2024 están en serios aprietos legales o lo estarán. Es el caso del auto exiliado en el extranjero, Ricardo Anaya, quien, de acuerdo a los últimos sondeos, concentra el 12 % de la intención de voto. Otro suspirante, el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, podría enfrentar cargos cuando finalice su gestión.

Si algo ejemplifica la inoperancia e intrascendencia del partido que una vez concentró tanto poder, es el hecho de que la senadora Lilly Téllez, una trásfuga de Morena, que nunca ha gobernado nada, sea una de sus mejores cartas. Incluso Santiago Creel, hoy presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, no figura en los sondeos de opinión.

La tabla de salvación de Cortés y del instituto político que dirige, es la coalición orquestada por las élites empresariales, Va Por México, para lograr siquiera competir. Pero aún con un buen candidato, a este momento y, según las encuestas, la coalición no tiene posibilidad real de ganar ni en el Estado de México en 2023 ni la presidencia en 2024. Coahuila es otra historia, ahí el poder del PRI es algo real.

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¿Disidencia en el PAN?

En reciente conferencia de prensa, el senador del PAN, Damián Zepeda, aprovechó la pausa de la alianza Va Por México para pedir al presidente de su partido, Marko Cortés, que rompa vínculos con el PRI. Expuso tres razones por las que, según él, la alianza entre su partido y el PRI es antinatural y son opiniones que numerosos militantes comparten y han manifestado ya en varios foros.

1.-Incongruencia histórica, en el sentido de que el PAN nació como partido para oponerse a las políticas del PRI. Fue un 16 de septiembre de 1939 cuando este partido cristiano de doctrina política conservadora fue fundado por Manuel Gómez Morín, el mismo año en que Lázaro Cárdenas decretó la Expropiación Petrolera, para evitar otras expropiaciones.   

2.-El PAN no comparte la visión de gobierno del PRI, y el también expresidente de dicho instituto ejemplifica con los estados de Hidalgo y Oaxaca, otrora feudos priistas que están sumidos en el atraso y la pobreza. Según el político, el mantenerse solapando a personajes que representan esa vieja forma de hacer política, como ‘Alito’, no hace más que desprestigiar al partido.

3.-En el PRI siempre hay facciones que pueden apoyar a Morena, contrario al PAN, que es una oposición total. Sin embargo, la condena de Zepeda a la alianza se dio el 13 de septiembre, cuando había tenido oportunidad de hacerlo en varias ocasiones anteriores y no condenaba a Va Por México, sino, tibiamente, la relación de su partido con Alejandro Moreno.

LAS CIFRAS

2012
es el año en que el PAN ganó el mayor número de gubernaturas, 7 de las 12 que se disputaban.

11
es el mayor número de gubernaturas que el PAN ha sumado en toda su historia.

6
son las gubernaturas que han perdido durante la 4T: Puebla, Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Quintana Roo y Tamaulipas.