En Palacio Nacional quizá se escuchó un: «¡jaque!» ¿mate? Va Por México hacía realidad el sueño de los empresarios en 2018, que pidieron a José Antonio Meade del PRI declinar a favor de Ricardo Anaya. Poca visión política y la falsa sensación de que podían enfrentar así a un tsunami. Tras la “suspensión temporal” de la alianza Va Por México, anunciada por el PAN y el PRD, su fractura se antoja irreparable.
Una reanudación de la coalición que con una moratoria constitucional había evitado en abril que la Reforma Energética del presidente Andrés Manuel López Obrador fuera constitucional, parece ya improbable. El mismo miércoles, 7 de septiembre, que el presidente del PRI, Alejandro «Alito» Moreno Cárdenas, anunciaba que, en esencia, rompía el boicot legislativo, el magnate Claudio X. González sulfuraba.
Un tuit del artífice de la coalición llamaba en tono visiblemente molesto a mantener un proyecto que, en realidad, no ha hecho más que causarle daño a las tres fuerzas políticas que lo conforman, tal y como se ve reflejado en las encuestas y sondeos rumbo a las elecciones estatales de 2023 en los estados de México y Coahuila, y a las presidenciales de 2024. Ser parte de la coalición es dispararse en el pie.
Las mismas encuestas del periódico Reforma han mostrado que Va Por México es impopular, y varios estudios de opinión, como el de Enkoll, han advertido que las sumas alegres de porcentajes que calcula X. González no se materializan, porque los electores simplemente no toleran ese engendro partidista y la popularidad del presidente sigue por encima del 60 %, lo cual demuestra el fracaso de la medida.
La alianza revela que sólo es una forma de bloquear a Morena en el Congreso para evitar que su mayoría legislativa impulse iniciativas que después cueste echar atrás. Pero la contra propaganda del presidente López Obrador ha funcionado y al día de hoy, Va Por México complica su propio camino y su ineptitud amenaza con darle una mayoría más consolidada a Morena en 2024.
Mientras Alejandro Moreno anunciaba que su partido apoyaría la propuesta de su diputada Yolanda de la Torre de extender hasta 2028 la tarea de la Guardia Nacional, dándole una salida a la iniciativa presidencial de que la GN se adscriba a la Secretaría de Defensa, el espectro de Layda Sansores se levantaba al fin de su mente y podía pensar en una de sus muchas mansiones sin sentir angustia. Una semana antes, el PAN había asistido en apoyo de «Alito» Moreno ante un posible desafuero, cerrado filas.
Por mucho que Marko Cortés, presidente del PAN, ultracatólico y utraconservador, pudiera despreciar a un individuo como «Alito», con ademán severo resistía, porque el bloqueo legislativo compraba tiempo a la oposición para idear un milagro. Los panistas van a la saga en 2023, donde el PRI elige a los candidatos para Edomex y Coahuila, y donde el PAN de todas formas no ganará.
El PAN está envuelto, así, en una guerra de desgaste en la que no tiene ninguna ganancia. Incluso defender sus postulados sin ir junto al partido que decían combatir, el PRI, haría que les fuera mejor en los sondeos de opinión. Pero hay evidencias de que la larga noche de Acción Nacional no ha hecho más que comenzar.
Enfrentando el desafuero de Francisco García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, tan pronto como termine su periodo el 3 de octubre; las averiguaciones sobre el cartel inmobiliario, que atañen a prominentes miembros de ese partido y la disyuntiva de ser la segunda fuerza política, pero sin candidatos que realmente puedan competir.
«Alito», traidor
Pero los blanquiazules enfrentan otro problema. Las muestras de apoyo, fotos históricas por su significación, a un personaje como «Alito», que en su discurso del 7 de septiembre los traicionó, dejó en claro que no pueden vivir sin el apoyo del PRI. El PAN ni siquiera puede repudiar al líder del Revolucionario Institucional por más reprobables que sean los audios en su contra. Su pragmatismo los llevó a aceptar cualquier cosa para mantener la coalición.
«Alito» los envolvió una semana antes de traicionarlos. En el evento de apoyo a la coalición, Moreno dijo: “Si se meten con uno de nosotros, se meten con todos”, y Marko Cortés, y su titiritero, Santiago Creel, aplaudieron sin ganas. Una semana después, «Alito» los traicionaba. Jaque. Porque por más pausas que anuncie el PAN y el PRD a la coalición, necesitan al «traidor taimado» que ahora seguirá ahí.
Quizá sin efecto legal, los audios de «Alito» sí han tenido un impacto mediático devastador, a pesar de que la mayoría de los medios de comunicación han evitado su difusión. Ese personaje, misógino, ladrón, corrupto, espécimen de lo peor de la clase política, es en torno al cual el partido ultracatólico y “a favor de lo mejor” cierra filas como si de un perseguido se tratase. El daño a su credibilidad es épico.
Sin brújula
Fueron semanas difíciles aquellas en que el diario Reforma publicó un reportaje de las propiedades y enriquecimiento ilícito de Enrique Vargas del Villar, quien, al no poder ser el candidato de la coalición para el Estado de México, era anunciado como candidato del PAN. Reforma quizá hacía un anuncio de orden superior de que al Edomex tenían que ir en coalición o lamentar pérdidas irreparables.
Difícil también la semana de encuestas en que se demuestra que la narrativa de que es necesaria una unión de partidos para enfrentar a un Obrador en vías de perpetuarse como dictador, sólo existe en la mente de Claudio X. González y la oligarquía que representa y a la que sirven los partidos de la coalición. De acuerdo con una encuesta de Reforma, 67 % de ciudadanos opina que los partidos de la coalición deben competir por separado.
Desesperados han sido los intentos por inflar a como dé lugar al hijo de Luis Donaldo Colosio como posible rival del trío de aspirantes de Morena. La intrascendencia de los aspirantes panistas y una ineptitud operativa de la coalición para hacer otra cosa que no sea boicotear cualquier propuesta del gobierno obradorista, han hecho mella en el ánimo de panistas y priistas que no votarían por la coalición.
- González escribió un airado tuit ese mismo trascendental 7 de septiembre, con altas, para que no le falte énfasis a su orden patronal, la palabra “indispensable”, urgiendo a sus empleados a cerrar filas en la coalición. Quizá mandando a morir al frente a sus huestes, sin reparar en ello. Aun si no es una fractura definitiva, Va Por México no volverá a ser la misma coalición.
Un hábil manejo político desde Palacio Nacional hizo de «Alito» un clavo ardiente al que los líderes de la coalición tuvieron que aferrarse con desesperación y el daño que eso costó es incalculable para una unión que incluso jerarcas de PRI y PAN desaconsejaron desde el comienzo. El Plan B, ahora, es fomentar la ruptura de Morena desde adentro, proyecto en el que tienen más posibilidades.
LAS CIFRAS
67 % de ciudadanos opina que los partidos de la coalición deben competir por separado, según encuesta de Reforma (01/09/2022).
39 % de preferencia electoral de Va Por México en Estado de México, contra el 48% de Morena y aliados, según El Financiero (16/08/2022).
47% es la preferencia electoral de Va Por México en Coahuila, con respecto a la de Morena, que fue de 44% en el mes de julio, según El Financiero (26/07/2022).