El presidente López Obrador anda muy contento por el resultado de la corte de Nueva York que encontró culpable a Genaro García Luna, sólo falta saber cuántos años estará en prisión. Aquí se lo dije, el caso es una bocanada de oxígeno para una administración que se ahoga por la falta de resultados y que a estas alturas de la administración ya no los va a entregar.
Ahí quedan las obras que han salido caras y que su éxito está puesto en entredicho como la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, todo en la antesala de las elecciones en el Estado de México y Coahuila.
Así, Genaro García Luna será el estandarte con el que se presentarán los candidatos de la 4T. Les dará discurso a personajes que no tienen arrastre con el electorado, incluso es un gran empujón para Claudia Sheinbaum en sus aspiraciones de ser la candidata. Ya sabemos que es la “corcholata” preferida de Palacio Nacional, pero no es un secreto de que, por más que le invierten en imagen (bardas, entrevistas, espectaculares y hasta youtuberos), se encuentra estancada en las encuestas y hasta reprobada en su gestión como jefa de Gobierno.
Lo de García Luna representa la oportunidad de desviar la atención de los problemas de inseguridad, violencia, de transporte que vive la Ciudad de México y que son el pan de todos los días.
La sentencia condenatoria al súper policía de Felipe Calderón deja mal parados a los panistas de todo el país. Los morenos ya saben que habrá que recordarles el caso constantemente, como se dice, pegarle a “la piñata”, que es el expresidente Calderón, Margarita Zavala y a los que queden de aquel sexenio.
Pero, como se lo he dicho, el juicio y condena a García Luna se tuvo que dar en Estados Unidos y allá cumplirá su sentencia, mientras que aquí la administración del Pejelagarto se lavó las manos en aquello de presentar las denuncias correspondientes para llevarlo ante la justicia mexicana.
Lo mismo sucedió con aquello de llamar a cuentas a los expresidentes; transfirió la responsabilidad a una consulta con su pueblo bueno, pero la realidad es que él no quería meterse en esos asuntos. Ahora, como el show que tenía presupuestado le diera más semanas, insiste el presidente en demandar al abogado que lo nombró en la corte neoyorquina, aunque dice que no tiene dinero para pagar abogados, como si la presidencia no tuviera personal para esas acciones.
Dice el presidente que Felipe Calderón debe una gran explicación a todos los mexicanos y tiene razón, que hable el iniciador de la guerra narca. Pero mejor sería que el presidente se faje los pantalones y denuncie a Calderón para que pague lo que debe, lo demás es politiquería con tintes electorales porque López no es ministerio público ni juez para sentenciar.
Que quede muy claro, no es defensa a Felipe Calderón, por el contrario, si no hay denuncias entonces la 4T raya en el encubrimiento.
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En los próximos meses veremos a dónde caerá Felipe Calderón. Seremos testigos de la campaña paralela de López Obrador contra opositores usando a García Luna. El presidente tiene razón cuando dice que es prácticamente imposible que el presidente no este enterado del comportamiento de sus subalternos y cercanos, aplica para Genaro García Luna y para Pío, Martinazo y otros… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.