Con Tatiana Clouthier, la costumbre de Andrés Manuel López Obrador de privilegiar confianza sobre capacidades, estaba resultando muy costosa. Tras meses de solicitarlo, el pasado jueves 6 de octubre, la secretaria de Economía presentó su renuncia, pero múltiples reportes señalan que Clouthier, quien fuera una pieza importante para Obrador en la campaña, ya tenía el tiempo contado.
La llamada “Tía Tatis” demostraba que una cierta élite empresarial mantenía relaciones de cordialidad con el Gobierno, por eso no extraña que Obrador la nombrara como titular de la Secretaría de Economía, tras la salida de dicha dependencia de Graciela Márquez, hoy presidenta del INEGI, en 2020.
Y la muestra está en la forma en cómo Clouthier -quien fungió como coordinadora de campaña de Obrador- conectó el proyecto obradorista con una parte significativa del empresariado de Monterrey, por medio del millonario Alfonso Romo, su cercano. Logró que Morena obtuviera presencia en el norte del país, un hecho inédito para cualquier partido de izquierda. Pese a esto, una de las principales críticas era que Clouthier no tenía las capacidades para el cargo.
Pero visto así, tampoco las tiene la actual titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien es periodista de carrera. En el caso de Clouthier, es acreditada con una licenciatura en lengua inglesa por el Tec de Monterrey y una maestría en administración pública, por la Universidad Autónoma de Nuevo León, lo que le suscitó muchas críticas.
Durante décadas, numerosos investigadores han señalado que Obrador elige a su equipo según la confianza que le tiene y el haber puesto a Clouthier como vínculo con la élite empresarial regia, buscaba mantener el nexo con el grupo de Romo. De hecho, información señala que este impulsaba al subsecretario de Comercio e Industria, Héctor Guerrero, afín también a la Concamin para Economía.
AMLO seleccionó en su lugar a la llamada “dama de hierro” del SAT (Servicio de Administración Tributaria), Raquel Buenrostro, lo que ya manda un mensaje en sí. Para algunos, es una señal de rigidez y de cambio de enfoques para con el empresariado, además de la relación con Romo, supuestamente debido a que Clouthier favoreció intereses de este sobre las indicaciones del presidente.
“¿Obradorista o Romista?”
Hasta 2020, Romo ocupó el cargo de jefe de Oficina de la Presidencia, pero tras su salida Obrador reveló que nadie ocuparía el cargo y este desapareció. Más como una forma de mantener en el gabinete a un miembro destacado del empresariado, en temas económicos el problema con los funcionarios ha sido el posible conflicto de interés y eso mismo se puede aplicar a la salida de Clouthier.
Varios reportajes señalan que Romo tiene negocios en la región del Tren Maya, y que el millonario estaba detrás de muchos de los amparos contra una de las obras de infraestructura del sexenio. Otras fuentes señalan incluso que Romo patrocinaba a los activistas ecologistas tras la campaña Selvame del Tren, sólo para defender sus intereses en acuíferos ubicados en el Tramo 4.
Clouthier, así, se vio entre dos fuegos: por un lado, las instrucciones del presidente; y por otro, los requerimientos de su jefe entrañable, Romo. Se menciona también que en Palacio Nacional señalaron la impericia de Clouthier como responsable por los paneles del T-MEC, entre Estados Unidos y Canadá, en los que se discute (aunque aún no en la instancia de tribunales) la política energética de López Obrador.
“Una jauría rodea al presidente y no deja avanzar los proyectos, le llevan mentiras”, dijo Clouthier al periodista de La Jornada, Enrique Galván Ochoa, cuatro días después de hacer pública su renuncia. La exfuncionaria también reconoció tener diferencias con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y con el director de CFE, Manuel Bartlett, quienes mantienen una postura rígida de soberanía energética.
Y es que esa parece ser la principal causal de la salida de Clouthier: su flexibilización ante sus demandas haría que AMLO comenzara a perder la confianza en su dirección de la Secretaría. Expertos señalan el hecho de que Obrador diera marcha atrás en el decreto de “autos chocolate” de Clouthier y que la marginara de los planes anti inflación.

¿Incompetencia o dolo?
Con todo el peso que llegó a tener Tatiana Clouthier, incluso como una posible nominada a la candidatura presidencial, 2022 terminó con cualquiera de esas posibilidades. En febrero, Obrador todavía intentaba tener buena comunicación con Romo, por medio de Clouthier, pero diversos datos muestran que la postura a favor de Vulcan Materials, en disputa directa con AMLO, determinó su destino.
Algunos economistas también aducen cierto desconocimiento de la geopolítica estadounidense. Cuando Clouthier recalcó que el litio de México se convertiría en parte de la cadena de producción de autos eléctricos de Estados Unidos, la declaración no agradó a Nahle. Es como no entender el tema de soberanía energética, que tiene a México buscando la autosuficiencia.
Para sus críticos, las posturas de Clouthier limitaban los alcances de la nueva empresa, LitioMx, de proteger al litio como patrimonio de la nación. El mismo decreto del 23 de agosto pasado, destaca que “la empresa contará con personalidad jurídica y patrimonio propios, autonomía técnica, operativa y de gestión”, pero con Clouthier sólo se trataba de ser apéndice de la industria extranjera para recibir estímulos fiscales.
Otra señal rotunda fue que LitioMx, que administrará los destinos del litio mexicano, quedara en dependencia de la Secretaría de Energía y no en la de Economía. Por ello se inscribió todo el tema energético de inmediato bajo la idea de soberanía energética que Nahle encabeza, al dirigir la construcción de la refinería Olmeca de Dos Bocas, en Tabasco, lo cual ya parecía un mensaje cifrado del presidente.
“Sería muy tonto apostar a poner todos los huevos en la misma canasta (Texas)”, dijo Tatiana el 5 de mayo en conferencia, refiriéndose al uso político que hace Greg Abbott, gobernador de Texas, de la situación fronteriza. Para diversos analistas, el comentario señala lo ajena al tema que estaba Clouthier, ya que Texas es el segundo PIB de todo Estados Unidos y su importancia para México es muy relevante.
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Al final, se puede establecer que Clouthier llegó a cabildear cada vez más a favor de las élites empresariales, incluyendo los intereses de Alfonso Romo, y la llegada de su sucesora, Buenrostro, famosa por haber enfrentado a esas mismas élites para hacerlos pagar impuestos, señala también un cambio de estrategia de Obrador hacia esos importantes grupos que ejercen presión sobre su gobierno.
“¿La 4T qué sabe de economía?” En la prensa especializada, la salida de Tatiana Clouthier, una mediadora competente de los empresarios con el Gobierno, es una mala señal. En su apreciación, la renuncia de la radicada en Monterrey manda mensajes al exterior de que la 4T se tambalea en cuanto a sus políticas económicas. Se parece a la salida de Carlos Urzúa (2019) y de Arturo Herrera (2021), ambos de Hacienda. En su carta de renuncia, Urzúa aduce “decisiones de política pública sin el suficiente sustento”; sin embargo, el mismo presidente ha declarado en varias ocasiones que Urzúa quería seguir las mismas recetas de los dos anteriores gobiernos, lo cual es a la larga una forma de orbitar cada vez más hacia los intereses de los grupos empresariales, en detrimento de la ciudadanía. En la renuncia de Herrera, también influyeron como causantes las críticas sobre un gobierno austero en extremo, que aún en pandemia, destinó sólo 0.7 % del PIB para afrontar los estragos económicos por medio de deuda, el penúltimo lugar de toda América. Dos casos que, como el de Clouthier, no hacen más que reforzar la percepción en las élites económicas de que este gobierno es ineficiente. De hecho, al cierre de esta edición, se rumora que también el actual secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, prepara su renuncia, lo cual continuará minando la confianza de los empresarios en los manejos económicos del gobierno de López Obrador, conforme su ventaja en las negociaciones de sus intereses se convierte en más simbólica que real y Obrador endurece sus estrategias.
LAS CIFRAS
668 días
los que estuvo Tatiana Clouthier al frente de la Secretaría de Economía, 1 año, 9 meses, 29 días.
1.05 %
alza de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tras la renuncia de Clouthier.
75 días
los que duraron las consultas sobre la supuesta violación al T-MEC; Clouthier se va en medio de esas tensiones.