El Refugio Franciscano, uno de los más antiguos de la Ciudad de México (CDMX) que alberga más de mil lomitos y michis, fue desalojado durante la madrugada del 11 de diciembre sin que se garantizaran sus derechos como seres sintientes e ignorando las obligaciones legales del acuerdo de desalojo.
Personal del centro animal destacó que el desalojo, ordenado por la jueza Ana Miriam Yépez Arreola, ocurrió sin que existieran condiciones claras para resguardar a los animales, pese al convenio legal que debía regular el proceso.
Contenido difundido en la página oficial del refugio muestran el momento en que el personal es retirado del sitio mientras los ladridos y maullidos permanecen al fondo. “Están aterrados, nos buscan; no sabemos qué pueden hacerles”, denunció una integrante del equipo, quien aseguró que desde el embargo los animales no han parado de llorar.
De acuerdo con trabajadores del refugio, el desalojo comenzó aproximadamente a las 00:10 horas, cuando policías capitalinos y personal de la Fundación Antonio Haghenbeck arribaron al predio ubicado en carretera México–Toluca, Cuajimalpa de Morelos, CDMX. Al sitio llegaron patrullas y ambulancias para ejecutar la orden judicial.
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Ocho horas después, alrededor de las 08:30 horas, el refugio informó que no se les permitió sacar a mil 20 perros y 30 gatos, pese a que estos dependen totalmente de su equipo de cuidadores, las tomas difundidas muestran como los elementos sacaron únicamente los muebles del domicilio sin que se les diera acceso ni a los animales ni a su comida.




