Dicen que la primera víctima de una guerra es la verdad. Lo que hay que agregar a esta afirmación es que, en cambio, lo que se fortalece es la incongruencia y la hipocresía.
¿Por qué la reacción contra la Federación Rusa es tan fuerte de parte de los países concentrados en la ONU, pero no con Palestina? Por citar un ejemplo: la falta de firmeza a la invasión que Marruecos realizó a la antigua Sahara occidental, que a casi 50 años sigue luchando dignamente para que se les reconozca como República Árabe Saharaui Democrática. Igual se pueden mencionar más conflictos.
La invasión a Ucrania tiene un significado muy importante: es el relevo de una época con un país hegemónico, los Estados unidos, en la que se tiene que considerar como nuevos protagonistas a quienes hace poco eran los antagonistas históricos, China y Rusia, aunque este relevo no significa un mundo mejor.
Lo que salió a relucir es que no somos países soberanos, todo está controlándose desde la banca que aplica sanciones a quienes a su parecer no aplican la democracia. La democracia, en su entender, es lo que Europa Occidental, Australia, Canadá, Estados unidos y aliados califican.
De hecho, el gobierno ucraniano, por el que se desgarran las vestiduras, se deriva de un golpe de Estado. Si la democracia no le satisface a este sector, las medidas económicas que aplican dificultan la vida de los pueblos que no son obedientes.
Putin es, sin lugar a dudas, un personaje autoritario, y con mucha inteligencia responde a las acusaciones que la prensa occidental le lanza, sin negar sus acciones. Su respuesta es simplemente que no es el gobierno de Estados Unidos de Norte América quien tiene la calidad moral de reclamarle.
Las medidas económicas que aíslan a los pueblos, que se convierten en embargos como los que sufren Cuba y Venezuela, por ejemplo, también matan, matan de enfermedades causadas por la precariedad e intentan asesinar la esperanza de un mundo diferente.
Dicen que no hay mal que por bien venga y esta guerra saca a relucir la necesidad de una moneda universal que no se controle desde bancas al servicio de quienes imprimen dólares y euros.
Volver al oro significa gastos de traslado en las transacciones comerciales que resultan inflacionarios, así que debemos pensar en monedas digitales que avalen bienes sin especulación, sin condicionamientos y con imparcialidad frente a los acontecimientos internacionales.
Por lo pronto, la democracia sigue siendo una asignatura pendiente tanto en el bando oriental como en el occidental. Tengamos muy presente que en donde gobierna el interés del capital no mandan los electores.
Los gobiernos de Rusia y China no tienen preocupación por la democracia y sus pueblos no la extrañan porque nunca la han vivido. Pero es lamentable la enorme incongruencia del llamado mundo occidental al usar el término democracia para promover la venta de armas.
Hablan de libertad de expresión y cierran espacios como el de la televisión rusa y de comentaristas que no retoman opiniones oficiosas, porque a ellos les corresponde reconocer que la elocuencia es el instrumento de la democracia y no el fuego, la censura y el ahorcamiento económico.
Quien esto escribe está del lado occidental por cuestiones de geografía cultural, y por lo mismo lamento que la Europa occidental, en estos momentos sea a los EUA lo que en su momento Latinoamérica fue a España y Portugal.
Lo que suceda entre Rusia y Ucrania es un misterio. Los rusos suelen tener un as entre las mangas como cuando salió a relucir que ellos ya sabían el proceso de elaborar armas nucleares cuando se lanzaron bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Pero lo esencial es que entendamos que la democracia anhelada, aquella que permite el ejercicio de nuestra voluntad en equidad de circunstancias, no está presente en ninguno de los dos bandos. Si los conflictos internacionales dan lugar a una polarización en donde todo es blanco y negro, la consecuencia es que no hay mediadores para solucionarlos.
Ucrania, por razones tanto históricas como geográficas, debería ser el puente en donde se establezca el diálogo entre oriente y occidente y no la entidad que completa el asedio a Rusia con su participación en la OTAN.
También lee: El caudillismo latinoamericano
Qué falta nos hace en estos momentos la visión pacifista de Alfonso Garcia Robles, Olof Palme y Willy Brandt, por citar tres ejemplos de personajes que solicitaron la existencia de un espacio libre de armas entre la Europa occidental y oriental; los acontecimientos prueban que tuvieron y tienen toda la razón.