Por fin, Omar sale del PRI; «a esos oportunistas los verán como traidores»

Por fin, Omar sale del PRI; "a esos oportunistas los verán como traidores"

Este 15 de junio Omar Fayad Meneses dio por concluida su militancia, dice que de 40 años, en el otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional que en múltiples ocasiones le ofreció oportunidades de desempeño en cargos de elección popular y en el servicio público estatal y federal.

En su carta de despedida entregada al Comité Directivo Estatal asegura que dedicó dos de cada tres días de su vida a las causas priistas y que hoy se ve obligado a desistir de la lucha en contra de la simulación democrática dentro de ese instituto político.

Ya prácticamente con la propuesta presidencial en el bolsillo para ocupar el cargo de embajador en Israel, Fayad hace un alto en el camino y anuncia un cambio de rumbo, aunque no precisa hacia dónde.

Deja claro en su carta de renuncia que se va satisfecho de los resultados entregados en cada candidatura que se le confío y –propio de su enorme ego–, «con la mayor votación que haya tenido un priista en todas las responsabilidades conferidas».

Habla hoy de un PRI devastado e intolerante algo a lo que, sin embargo, él mismo aportó cuando se desempeñó como gobernador del estado.

Lo cierto es que hoy su renuncia no sorprende a nadie. Cualquier militante podría considerar que hasta se tardó.

Auténtica lealtad hacia su partido podrías ser cuestionable. Hay quienes hoy todavía recuerdan cuando al principio del sexenio de Vicente Fox amenazó con sumarse a los «vientos del cambio panista» si no le daban la candidatura a la senaduría. Al final se conformó con ser diputado federal y siguió siendo priista.

Como gobernador de Hidalgo, Omar Fayad rompió –y a algunos hasta los echó del estado–, a prácticamente todos los grupos que en ese entonces se beneficiaban de su militancia priista.

Seguramente hizo bien si el propósito era construir un renovado PRI, pero no fue así. Al final quedó como amo y señor del Revolucionario Institucional.

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Era él y su partido, nadie más.

Ah, pero apareció en escena Carolina Viggiano. Durante muchos años ambos fueron cercanos compañeros de lucha. Actuaban en equipo cuando ambos parecían no tener toda la querencia del gobernador en turno.

Dicen que un pleito entre amigos es salvable pero que cuando se trata de hermanos las cosas se complican.

Es cierto. Ahí los odios son de verdad.

Desde que Viggiano asumió como secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional vinieron las desavenencias y el rompimiento y una defensa a ultranza de los intereses personales.

Desde el inicio de su gestión como gobernador, Omar Fayafd perfiló a Israel Félix como su sucesor.

Fayad le dio todo al hoy presidente municipal de Mineral de la Reforma menos verdadero oficio y… colmillo.

Viggiano, por su parte, consideró tener todo para ser candidata del PRI pero sabía que con Omar como gobernador nunca lo lograría, pero tomó un atajo. Que la postulación de la coalición Va por Hidalgo la hiciera el PAN, tal como sucedió.

Fue entonces cuando Omar perdió la figura y recurrió al berrinche, actitud propia de todo perdedor.

Dicen –lo cual resultó cierto–, que no movió un dedo para que la candidata oriunda de Tepehuacán ganara la gubernatura.

Dadas las condiciones tampoco hubiera sido posible vencer al abanderado de Morena. El desgaste por la nominación de Va por Hidalgo y el ánimo social parecían estar en contra para que el PRI cumpliera un siglo de poder en el estado.

Y si ya las cosas estaban mal entre Fayad y Carolina, empeoraron cuando la dirigencia nacional priista amplió su período de gestión que ahora concluirá una vez que pasen las elecciones de 2024.

En términos sencillos Omar y muchos otros opositores de la dupla Alito-Viggiano están totalmente fuera de la posibilidad de una candidatura a presidencia municipal, diputado local y federal y del Senado.

Bien lo dijo el propio Omar Fayad en un discurso en la Plaza de Toros de Pachuca:

«En toda elección hay oportunistas. Aquellos que toda la vida han mamado del PRI, sus aliados y del gobierno y como hoy no les dieron una candidatura se dan la vuelta y se largan creyendo que a donde se largan los van a recibir con los brazos abiertos».

«Esos oportunistas saben como van a ver a esos oportunistas, los van a ver como lo que son. A donde se fueron los van a ver como traidores».

Sabio discurso, verdad.

Lástima por el partido.