Estamos al cuarto para las doce en el proceso electoral de este año; se juegan las gubernaturas de Tamaulipas, Oaxaca, Hidalgo, Quintana Roo, Durango y Aguascalientes.
Por lo menos en cuatro entidades parece que en el partido del presidente hay una tendencia que los favorece. En las otras dos, se acercan peligrosamente en un final que puede ser de fotografía y que podrían llevar a su definición en tribunales; ya lo hicieron en el pasado.
Pero la marca de esta contienda será la guerra sucia, esa dijeron que se había terminado con la llegada de la 4T en el 2018 y que sólo se transformó.
Hay factores que no se deben perder de vista. Por ejemplo, el papel del crimen organizado en la inyección de dinero para las campañas y compra de voto. Después del ejercicio electoral del año pasado, tuve una charla con Manuel Cloutier, quien me comentaba la urgencia de buscar mecanismos para cerrarle el paso al narcotráfico.
Advertía el riesgo de que las administraciones, tanto federal como las estatales, se conviertan en narcogobiernos, y que los malosos le apuestan en todos los partidos políticos, hacen pactos y se hacen de poder.
Otro factor que no se puede perder de vista es cómo infringen la ley en la guerra de audios que se trae la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, y el presidente del PRI, Alejandro Moreno.
Descaradamente Sansores presenta audios privados en los que se escucha al tal “Alito” ponerse de acuerdo para obtener recursos en aparente extorsión y hasta lavado de dinero, y al parecer el pleito entre estos dos aún tiene para rato, pero que quede claro, no se trata de una defensa al priista que los audios lo pintan de cuerpo entero, se trata de cómo aplican la máxima del presidente López Obrador con aquello del “no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley”, aunque el 1 de diciembre de 2018 juró respetarla.
Obviamente esas prácticas de espionaje vienen de las peores épocas del PRI, cuando gobernaba Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría, personajes de los que cada vez está más cerca López Obrador y lejos de Juárez o Madero.
La respuesta de los tricolores fue un audio en que se escucha presuntamente la voz de Manuel Velazco Coello ser el vehículo de una amenaza para el tal “Alito” porque no iban a votar la Reforma Eléctrica de López Obrador. Por ello el secretario de Gobernación, claro, instruido por su jefe, habría dicho que iban a ir por él.
Pero déjeme insistir, estimado lector, no es una defensa al PRI o al tal “Alito”, son en lo que se convirtieron los de la 4T, quienes se dicen superiores morales y hasta el presidente de la República declaró que se iba a encargar de tener elecciones limpias.
Obviamente esa no es su función, porque para eso está el INE, la Fiscalía de Delitos Electorales y los tribunales. Pero lo que sí le corresponde es sacar las manos de los procesos, sujetar a su gabinete y respetar la Ley, esa que le cuesta tanto trabajo.
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Cuando llegó Adán Augusto López al Palacio de Cobián, se sabía que llegaba a la Segob a poner mano dura para la sucesión presidencial, operar como en el pasado y, de ser posible, montarse en la carrera por la máxima magistratura.
Hoy Adán Augusto se pasea por las entidades haciendo campaña política a favor de Morena y con él otros miembros del gabinete, como el secretario de Marina o el director de la Guardia Nacional y hasta lo presumen.
Así vamos a un proceso electoral, con el crimen organizado operando, con espionaje, y con funcionarios de primer nivel metidos en la campaña, ante la mirada complaciente de López Obrador que no dirige al país, sino al cuarto de guerra de sus candidatos, eso es lo que ha hecho durante 22 años… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Los pretendientes al gobierno del Estado de México se placearon junto a la jefa de Gobierno; se tomaron la foto Claudia Sheinbaum, Delfina Gómez, Horacio Duarte e Higinio Martínez. Buscan apoyo mutuo para la estatal de 2023 y la presidencial de 2024.
Hay tres factores que podrían influir en la decisión de López Obrador. Por un lado, los negativos que trae Gómez Álvarez por aquello de los diezmos y la extinción de escuelas de tiempo completo. Por el otro, la salud de la profesora. Pero la tercera es que si en Coahuila nombran candidato en el Estado de México, tendrá que ser mujer por aquello de las cuotas de género.
Sí los números no le dan a Delfina, el presidente tendrá que buscar otra opción para el año que viene. Ya suena el nombre de Mariela Gutiérrez Escalante, presidenta municipal de Tecámac, lugar donde se construyó el AIFA y que alcanzará un desarrollo importante en poco tiempo, eso la coloca en el radar del presidente.
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Hasta la próxima.