Todo lo que apesta, que hiede a corrupción, es solapado, encubierto y aplaudido por el góber de Uajacalifornia: «Me enorgullece saber que fulanito de tal, titular de la dependencia fulana, ha cumplido con honestidad y responsabilidad», es el modelo automático para los discursos públicos de la atroz complicidad.
Transarrat de los Diablos Arañón Heinze, titular del Transacude (Transas de Sanguijuelas en la Cultura Física y Deporte), asegura que los millones que se asignaron a su dependencia fueron invertidos en los deportistas… ¡Ajáaa, simóoon!
Las y los deportistas (‘amos a ponernos «inclusivos») de alto rendimiento de la entidad, se han visto en la necesidad de organizar cenas y rifas para poder reunir los recursos para acudir a competencias nacionales e internacionales. Miles de documentos de deportistas de Uajacalifornia, solicitando apoyo del Transacude, son tirados a la basura todos los días por Transarrat de los Diablos Arañón Heinze… ¿En qué se han gastado, entonces, los más de 20 millones de este año? ¿Y los demás millones de años anteriores?
Transarrat de los Diablos Arañón Heinze y su esposo fueron funcionarios de la Transacude en el gobierno de Ladino Cué, que entonces se llamaba Desfalcoesde. Allí, no tenían ni 6 meses en el cargo y la base trabajadora ya exigía su renuncia. Fueron acusados de desvíos del Erario para su gimnasio, de corrupción, fraudes, peculado, maltratos, amenazas de muerte, cochinero y medio, pero sólo después de la insistencia de los trabajadores, fueron despedidos.
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Empero, al góber preciosísimo, Robalejandro Mugrat, se le ocurrió la maravillosa idea de no sólo regresar a Transarrat al Transacude sino de ponerla como titular, a pesar y a sabiendas del torbellino de inmundicia que dejó a su paso por la dependencia, de las amenazas a trabajadores, de su corrupción y presuntos robos y fraudes.
Transarrat de los Diablos Arañón Heinze regresó al Transacude a despedir, en venganza, a quien se le pegó la gana, a NEGAR APOYO A VERDADEROS DEPORTISTAS DESTACADOS y apoyar sólo a los cuates y recomendados, y a desaparecer y desviar millones de pesos, como ya era su costumbre en el sexenio de Ladino Cué, denuncian los propios trabajadores.