López Obrador ha manchado la investidura presidencial de fango y sangre

López Obrador ha manchado la investidura presidencial de fango y sangre

Ya lo dijo el presidente de la República ante la avalancha de críticas sobre su “estrategia” para combatir al crimen organizado: no se va a cambiar nada. Ya sabemos que una de las peores características de López Obrador es la necedad, que lleva al extremo, y se convierte en enojo e intolerancia.

Pero las cosas no marchan nada bien en ese rubro y los llamados para que todos jalemos para el mismo lado están ahí y que se recomponga un poco de lo mucho que se ha perdido con estos de la 4T, que ni se inmutan ante tanto dolor. Eso sí, se dicen un gobierno humanista pero la frivolidad les gana.

La anterior columna de Arturo Suárez: Monreal, con un pie fuera de Morena

Aquella propuesta de pacificar al país que enamoró a varios de los indecisos ya no la van a cumplir, parece que tampoco entendieron que eso fue parte del hundimiento y fracaso de los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto. El primero, que desató la guerra sin sentido, y el segundo, con la desaparición de los 43 normalistas.

Esos temas fueron catapulta en el discurso de López que cada que podía regresaba a ellos. El presidente, igual que sus dos antecesores, será señalado por tanta muerte, la tristeza, el dolor y que, pudiendo hacer algo, se cruzó de brazos y apapachó a narcotraficantes.

Nadie puede negarse a la idea de que se deben atacar las causas con programas sociales que evite que los jóvenes sean reclutados por el crimen organizado. Sin embargo, hasta hoy no hay evidencia de que los programas de la 4T que tienen ese fin sean un éxito. Los argumentos tampoco los presenta el régimen, sólo se limitan a una narrativa optimista que se desarticula con la violencia, o bien, que lo poco que se hace se eclipsa con las 28 masacres que siguen ocurriendo, aunque se ría el caudillo de Palacio Nacional.

Pero con los caballos sueltos y desbocados en aquello de la sucesión presidencial, pues la agenda real pasa a un segundo plano y se antepone la política electoral para conservar el poder, porque saben que el tiradero será monumental y habrá que barrer, como dice López, para esconder la basura debajo de la alfombra para que el fracaso sea más llevadero.

Aunque los más de 126 mil muertos por el crimen avalan su política de brazos caídos, además de los 35 periodistas asesinados y los más de 2 mil 900 feminicidios, que muestran su desprecio por las mujeres.

Ante la muerte de los dos sacerdotes jesuitas, parte de la iglesia católica inició con una jornada de oración para pedir que se termine la violencia. Las críticas han sido duras y los llamados han venido desde el Vaticano, aunque López desde su púlpito torció el mensaje de Francisco. A esos reclamos se sumó el obispo de la Diócesis de la Paz, Baja California, Miguel Ángel Alba Díaz, para que se revisen las estrategias de seguridad y dijo a familiares de desaparecidos que “ya no alcanzan los abrazos de tantos balazos que se reciben”.

La iglesia católica tiene sus grandes pecados, pero también son parte de la sociedad mexicana y tienen derecho en hacer peticiones pacíficas a un presidente conservador que, al decirse cristiano, debería entender mejor los mensajes.

Lo mismo el poeta Javier Sicilia en una entrevista dijo que López Obrador, Calderón y Peña van a pasar a la historia como unos “miserables”, pero acentuó: “Andrés Manuel es el más canalla y miserable de los tres”.

Aquí se lo he dicho, así como los que hoy gobiernan y pedían ser escuchados en el pasado, hoy estos deben ser escuchados. Claro que cada quien se pronuncie sobre el trabajo o la simpatía por personajes como Sicilia, pero insisto, la petición de paz en el país es legítima.

Faltan poco más de dos años para que se vaya López Obrador y la tendencia es que se van a romper todos los récords de violencia. Habrá más muertes si no se hace algo más que programas sociales. Ya no alcanza la propaganda y los discursos de los “paleros” del régimen que no entregan evidencias.

Dice López que no se reúne con las víctimas porque se mancha la investidura presidencial, el ganso pasó por el pantano y se manchó el plumaje de fango y sangre… pero mejor ahí la dejamos.

Entre Palabras

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Hasta la próxima.