Alejandro Moreno dice que no se va de la dirigencia del PRI porque no lo impuso Enrique Peña Nieto, sino que fueron las bases quienes lo colocaron en la presidencia priista hasta el 2023. Afirma que entregará el cargo luego de las elecciones en el Estado de México y Coahuila, que son los últimos reductos tricolores.
Si la elección fuera hoy se las arrebataría el partido del presidente, que pretende gobernar 22 estados antes de que se vaya a su rancho en septiembre de 2024. Es decir, López Obrador juega y quiere la baraja completa para que su 4T tenga un futuro de por lo menos seis años más.
Aunque le profesan lealtad sus correligionarios y le dicen que tiene el respaldo de sus legisladores, la realidad para el tal “Alito” no se puede ocultar. Ya le hacen el vacío y sólo unos cuantos son los que se mantienen cercanos al campechano.
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Layda Sansores no quita el dedo del renglón en aquello de llevarlo a la cárcel. Siguen apareciendo audios que ni siquiera se trata de filtraciones, sino de acusaciones directas por parte de la gobernadora y su fiscal que a todas luces lastiman el debido proceso.
Incluso López Obrador se pronunció al respecto de exhibir una de las propiedades cateadas y reconvino a Sansores, aunque bien se puede tratar de una jugada del que pregona humanismo: hace como que no está de acuerdo, pero las acciones continúan para contrastar quiénes son más corruptos.
Me cuentan que en la cúpula de los tricolores andan muy activos en reuniones, buscando acuerdos y cabildeando, entre ellos los personeros de Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, y Omar Fayad, de Hidalgo.
En las próximas semanas aumentará la presión, la que viene de sus opositores campechanos, pero, sobre todo, la interna. Le volverán a pedir que dimita porque está lastimando lo poco que les queda de partido y la alianza con el PAN y los restos del PRD; también veremos a los sectores priistas haciendo mítines. El ganón de todo es el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong.
La marca PRI es sinónimo de corrupción y no representa una alternativa para sacar a Morena de Palacio Nacional, por eso su visita a Europa para denunciar la persecución de la que es objeto no servirá de nada. Me cuenta un priista cercano al tal “Alito” que sólo está buscando ganar tiempo y de paso jugar sus últimas cartas para no irse con la derrota a cuestas.
Pero los priistas de las bases ven en su permanencia la derrota segura en los procesos que vienen. Dice Moreno Cárdenas que no se irá y así le hace el trabajo a Layda Sansores, al presidente de la República y hasta al grupo que impulsa a Osorio Chong. De rebote fortalece al PAN, quienes llegarán mejor posicionados y con la mano levantada para poner candidatos.
Ahí están las mediciones para que no quede duda: el PRI no encabeza ninguna encuesta. De acuerdo con el estudio “Electoralia”, si la elección fuera hoy y los partidos políticos fueran solos, el PRI únicamente obtendría el 5 % de los votos y Morena el 51 %, un ridículo mayúsculo para quien tuvo todo el poder.
Entre los que pretenden la candidatura de ese partido, y según el gusto de los encuestados, Enrique de la Madrid cuenta con 28 %, Beatriz Paredes 27 %, y en un empate se va Osorio Chong y Alejandro Moreno con 20 %, mientras que Manlio Fabio Beltrones el 5 %.
Es evidente que Sansores infringe la Ley y es irrefutable que Alejandro Moreno Cárdenas le está haciendo daño a su partido y a la posible alianza. En descargo del tal “Alito”, le entregaron un PRI tocado de muerte y eso parece no tener remedio… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Aquí se lo dije: Claudia Sheinbaum anda muy atareada promoviendo a Omar García Harfuch. Intentó que el presidente se lo llevara al gabinete, pero López Obrador ni los recibió. El golpe a un cártel en la alcaldía Tlalpan es el trampolín perfecto para volverlo a colocar como “héroe” y posicionarlo para sucesor.
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Hasta la próxima.