1) Gaby Moreno
Alegoría (Metamorfosis, 2022)
Hallazgos afortunados y nuevos derroteros eclécticos en décimo disco de la artista guatemalteca
Calificación: 8
En recorrido desde la música tradicional de su tierra (Cuando Nadie Miraba, Colibrí, El Merendero Gratuito) hasta el blues que nunca falta en sus discos (Nobody’s Wrong, Lost on a Cloud, a dueto con Chris Thile), Moreno se da el lujo de revisitar el pop (Soñar Otra Vez, Dulce Amor) sin abandonar el histrionismo, con su voz flexible hasta darle el lustre deseado a cada melodía. Sabiéndose como una diletante yendo de un ritmo al otro, sin aceptar predilección por alguno.
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La misma idea de Alegoría viene acompañada por lapsos en que canaliza el pop country muy al estilo de Caitlin Rose, en Soñar Otra Vez, para luego abandonar esa idea y responder al piano con una voz que parece dispuesta a acomodarse a todo, en Dulce Amor. Pero es la cerradora, El Merendero Gratuito, donde parece tributar a sus antepasados de Mesoamérica, en una forma que es coqueta, ingeniosa e inventiva y la que resalta más de toda la obra. Las diversiones de Gaby…
Un buen tema para entrar en el disco:
2) Porcupine Tree
Closure/Continuation (Sony, 2022)
Intenso y sorpresivo primer álbum en 13 años del antes cuarteto, ahora trío británico
Calificación: 9
Parece premeditado que el guitarrista y líder de Porcupine Tree, Steven Wilson, haga que lo primero que escuchemos en este disco, en Harridan, sea su bajeo, nada más para que no extrañemos a Colin Edwin, que no regresó a la reunión. Por doquier, la obra está repleta de alegorías a ese regreso incompleto, como en Rats Return, que parece tanto tributo a King Crimson con ese inicio secuenciado, como a ellos mismos. Mientras que Dignity canaliza su amor por Pink Floyd.
«Y las ratas no encontrarán su lugar otra vez”, canta Wilson en la extravagante Walk the Plank, jugando con nuestra incertidumbre que titula el álbum, en el sentido de si el ahora trío sólo volvió para un último álbum o a continuar una gran obra musical. Chimera’s Wreck cierra los siete temas con poderosa meditación de diez minutos, que parece resume la esencia del disco: una constante reflexión sobre la naturaleza de dar por terminada a la banda o continuar. Lo segundo, por favor.
Un buen tema para entrar en el disco:
3) Ty Segall
Hello, Hi (Drag City, 2022)
El disco que Segall hizo mientras descansaba entre proyectos revela insospechadas nuevas vetas para su estilo
Calificación: 8
Similar a otro virtuoso de la guitarra eléctrica como es Kurt Vile, Ty Segall entrega en Hello, Hi, un álbum que parece no otra cosa que un pequeño receso informado por el uso de las guitarras acústicas. Curioso que sólo el tema que da nombre al disco posee su rúbrica de guitarras desincronizadas en cada uno de los canales auditivos. Pero en la siguiente, Blue, se repite el método, sólo que con la guitarra acústica viajando de derecha a izquierda. Ese tipo de detalles brillan en el disco.
Pero aún en una obra que parece una suerte de retiro espiritual para ejercitar sus habilidades, Segall se las arregla para entregar su dosis de psicodelia y parece incapaz de abrazar la sencillez de lo campirano y ya. En Cement se nota que le aburriría terminar las canciones de manera típica, mientras que Saturday’s Pt.2, finaliza al son de un disruptor saxofón tocado por su colaborador habitual Mikal Cronin. Un álbum que pensó como vacación y tal vez oriente una reinvención.
Un buen tema para entrar en el disco:
4) Andrew Bird
Inside Problems (Wegawam, 2022)
Consejos para la vida y una que otra fumada, del cantautor y violinista estadounidense
Calificación: 8
Cuando se escucha un disco de Andrew Bird ocurre algo muy bizarro, no importa cuando leas esto, en algún momento el barítono comenzará a silbar, como un pájaro, acá desde la primera canción, Underlands. Inside Problems no es la excepción. Y en su decimotercer álbum, Bird crea historias que parecen un confesionario, sobre el presente y el futuro. Pero cuando las canciones comienzan a sonar a algo común, Bird introduce un elemento que las vuelve extravagantes.
Como en Lone Didion, donde sus florituras de violín le dan un aire rebuscado a lo que sería un simple pop. O como en el tema que da nombre al disco transforma algo tan cursi como un bebé que festeja que ha nacido, en un recorrido de vida con moralejas, enseñanzas y muy buena música. Mientras Make a Picture, Eight y Never Fall Apart muestran a un Bird más ambicioso, no dispuesto a hacernos tan fácil el disfrute de su disco, añadiéndole reto. Pop barroco de gran oficio.
Un buen tema para entrar en el disco:
5) Melody’s Echo Chamber
Emotional Eternal (Domino, 2022)
Más viajes musicales y desahogos del alma de la francesa, en directo tercer álbum
Calificación: 8
Cada canción de Melody Prochet abreva de un montón de fuentes, a veces disímbolas, unidas por una percepción que siempre es como un travelogue y su tercer disco no es la excepción. Emotional Eternal es una búsqueda dream-pop, sofisti-pop, eclectic-pop. Llámesele como se le quiera llamar, la artista echa mano de su extraordinario oído para acomodar esas piezas en un discurso coherente: como en Personal Message, que parece inspirada por sus tragedias pandémicas.
En otros temas, como el titular del disco, parece dedicada a crear una expresión sólo comprometida con el disfrute, probando voces y satisfecha con los colores musicales. En Looking Backward canta “hiciste lo que pudiste, pero elegiste a la otra, no, no necesito tu amor”, y la canción parece su propio estanque de contemplación ante el hecho y a la vez canta con gran liberación. Es parte del talento que posee la francesa para componer canciones de bella expresividad.
Un buen tema para entrar en el disco: