El gobierno de Estados Unidos realiza, desde el lunes pasado, una serie de expulsiones y deportaciones hacia México, particularmente a Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala que usa como ruta de salida de los migrantes centroamericanos.
La operación de arribo y traslado de migrantes centroamericanos a Tapachula se ha hecho en total sigilo, por parte de las autoridades migratorias mexicanas y estadounidenses.
Desde el pasado lunes, un vuelo que arribó al Aeropuerto Internacional de Tapachula con más de un centenar de guatemaltecos, que en medio de un fuerte operativo de seguridad fueron trasladados al puente internacional Talismán-El Carmen, por donde abandonaron el país y se internaron a su país.
El martes, sorprendió el arribo de dos vuelos provenientes de la Unión Americana, uno de Atlanta y el otro de Texas, con hondureños y guatemaltecos que en la misma operatividad fueron trasladados en ocho autobuses hacia la franja fronteriza e internados a territorio chapín, a la comunidad El Carmen.
La expulsión se produce luego de que Estados Unidos anunciara que donaría a México decenas de miles de vacunas contra el Covid 19 y como parte del Título 42, una ley de sanidad impuesta en ese país para retornar a sus lugares de origen a migrantes, con el fin de “proteger la salud pública”.
La estrategia de deportación fue planeada a inicios de agosto, pero se ha concretado con el transcurrir de los días y ahora parece no tener freno.
Los cientos de extranjeros que llegaron en las últimas horas a la frontera entre Chiapas y Guatemala, han quedado a la deriva al ingresar al país vecino por la vía terrestre.
El trabajo del Instituto Nacional de Migración (INM) ha concluido con dejarlos a su suerte en los límites de Guatemala.
Al llegar a El Carmen, los hondureños viven tensión ante la imposibilidad de llegar a su país en un solo trayecto. Se han quedado fríos ante la indecisión de dormir en las calles guatemaltecas o intentar regresar a las calles mexicanas.
El trabajo del Instituto Nacional de Migración (INM) ha concluido con dejarlos a su suerte en los límites de Guatemala.
Del lado de Guatemala, ha llegado la Policía Nacional Civil para apresurar el paso de sus connacionales recién descendidos del vuelo, con la finalidad que no se queden atascados en el puerto fronterizo.