Después de un año en que las autoridades del Instituto Nacional de Migración miran complacientes como día a día se agrava en Tapachula la crisis de migratoria y humanitaria, cientos de indocumentados centroamericanos y haitianos vienen realizado protestas en esta ciudad fronteriza de Chiapas.
A largo de toda la semana, incluido este viernes, cientos de migrantes protagonizan movilizaciones para exigir al gobierno federal les una respuesta a su solicitud de refugio o que les expida un documento de salida con el que puedan transitar por todo el país sin ser detenidos.
Su objetivo, claro, es atravesar el territorio nacional para buscar cruzar a los Estados Unidos.
Desde el lunes, cada mañana los indocumentados, fundamentalmente centroamericanos, se congregan a un costado de la alcaldía, en donde despliegan pancartas para hacer públicas sus demandas.
Sus quejas y peticiones consisten, fundamentalmente, a que desde el año pasado les vienen prometiendo de que van a ser incluidos en el status de refugiados, pero todo ha quedado en eso, por lo que permanecen atrapados en Tapachula.
Ahí, con altavoces en mano, reclaman a la autoridad migratoria no cumplir su promesa, pero también su negligencia para atender la crisis migratoria que desde hace meses se vive en Tapachula, ahora agravada con el arribo de cientos de haitianos que huyen de las calamidades en su país.
Nadie atiende el problema como tampoco se presta atención a las condiciones infrahumanas en que viven los migrantes
Nadie atiende el problema como tampoco se presta atención a las condiciones infrahumanas en que viven los migrantes, se quejó Alex Burdie, uno de los haitianos que participa de las manifestaciones.
“Ya estamos cansados en la calle; no hay comida ni trabajo; hay niños, niñas, mujeres embarazadas; no podemos más”, señaló al reconocer que miles de ellos están varados en la localidad en espera que les entreguen documentos.
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“Hay muchos migrantes y a diario vienen más y más, ¿a dónde vamos a parar, ya en Chiapas no cabe más inmigrantes”, según dijo.
El enojo y la tensión es tal, que muchos comerciantes, incluso del centro de Tapachula, han decidido bajar sus cortinas y mandar a sus empleados a casa.