El mercado del cannabis medicinal puede abrir nuevos horizontes en México, pero, la legislación sigue siendo una limitante. Muchos creen que legalizarla pondría fin a la guerra contra el narcotráfico.
El emprendedor norteño, Darío Benito Contreras Sánchez, después de varios años de dedicarse al cultivo del frijol, desde hace un par de años ha dado un giro de 90 grados, optó por la siembra del oro verde, el cannabis.
Planta con hojas puntiagudas cuya flor podría parecer una variación del huauzontle y cuyo consumo ha sido tabú en México.
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Benito Contreras convence a sus socios sobre el potencial del cannabis medicinal, enfatizando que a enfermos de cáncer los alivia de su dolor o a los que padecen Alzheimer dejar de repetir las frases que acaban de pronunciar.
Asegura que la cuna de la marihuana ilegal en el norte de México podría transformarse en un nuevo centro de producción legal, esto lo comentó en una entrevista para Gatopardo.
México legalizó el cannabis medicinal desde 2017, pero el mercado mexicano ha tardado en reaccionar bajo sus regulaciones.
Benito Contreras es uno de los que está interesado en el mercado, y desde hace año y medio fundó un centro de investigación sobre la marihuana en Durango junto con un grupo de científicos.
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Entre sus planes personales también está un banco de semillas, la fabricación de extractos para medicamentos y una línea de cosméticos.
Sin embargo, resalta que su pasado le podría estropear su sueño, ya que su cuñado fue Vicente Carrillo Fuentes, hermano del “El señor de los cielos”; aunque subraya “no tengo la culpa de que mi hermana se haya enamorado de quien sea”.
Contreras es el socio fundador del Instituto de Investigación para el Aprovechamiento de la Cannabis A.C., este tiene por logo centro un matraz de Erlenmeyer con una hoja de marihuana en el cuello, un diseño que resume su quehacer actual: experimentar para producir componentes medicinales a partir de esta planta.
El emprendedor norteño, que apuesta por el mercado del cannabis medicinal, asegura que tuvo que buscar apoyo de agricultores y científicos, que fueran especialistas en plantas oleaginosas.
Asimismo, subraya que ha consultado a médicos, como neurocirujanos y oncólogos, cuyos pacientes usan gotas de marihuana que consiguen ilegalmente.
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Cabe señalar que el mercado para el cannabis se está abriendo en gran medida por parte de activistas, consumidores y pacientes con enfermedades crónicas para acceder a tratamientos médicos cannábicos.
Cabe recordar que el 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concedió un amparo a un grupo, quien tenía permitido sembrar, cultivar, preparar, posees y transportar cannabis, pero, sin derecho a comercializarlo.
Por otro lado, también existe el caso de la niña Graciela Elizalde, ‘Grace’, quien padece epilepsia y que abrió en México el uso del cannabis medicinal. Sus padres ganaron un amparo, con el cual un juez los autoriza a importar y utilizar el cannabidiol, un aceite derivado de la mariguana, como parte del tratamiento médico para mejorar el estado físico de su hija.
Benito Contreras asegura que cuenta con toda la documentación para demostrar que su centro de investigación es una organización registrada y que ha solicitado los permisos correspondientes.
Nuevamente asegura que con la apertura a la marihuana, esta podría salvar vidas. “Ahorita es una oportunidad muy grande. Queremos ayudar, queremos ‘ser parte de’. ¡Qué bonito sería que mi nombre quedara grabado en la historia! Pero por cosas buenas”, dice.
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Por otro lado, asegura que la cannabis sativa podría ser un aporte nutricional para la ganadería. Benito, indica que después de extraerle a la marihuana el cannabidiol (CBD), el desecho podría servir de alimento para el ganado bovino.
Contreras ha mostrado cómo realiza sus experimentos. Uno de sus ayudantes inserta hierba en una máquina parecida a un enorme extractor de jugos, que salpica un líquido verde oscuro, un aceite, mientras un rodillo de metal aplasta las hojas y les extrae así hasta la última gota. La temperatura de la máquina llega a los 110 °C y el aceite se deposita en una botella de vidrio.
Los científicos dicen que éste es un proceso rápido, el aceite que depositan en esta botella también cuenta con cannabinoides, pero en baja concentración, así que uno podría tomarse unas cuantas gotas, bajo la lengua, para un efecto ligero.
La idea de exprimir aceite se le ocurrió a Contreras después de un viaje que hizo a China en 2017. Allá compró esta máquina, pensando en extraer aceite de ajonjolí.
Básicamente la idea es aumentar la calidad y bajar costos, para que sea accesible para el mercado, a toda persona que tenga la necesidad.