Tras 90 años de gobiernos priistas y uno panista, parece que Oaxaca cambiará por primera vez a color guinda, de acuerdo con los resultados de diversas casas encuestadoras, que dan por ganador, con un alto margen, a Salomón Jara, candidato de la coalición Morena-PT-PVEM-PUP “Juntos Hacemos Historia”.
Los últimos gobiernos del PRI y uno del PAN tuvieron en sus manos la oportunidad de dirigir el destino de los oaxaqueños. Con altas y bajas, la realidad es que la entidad enfrenta problemas históricos que no han encontrado solución, como la pobreza y la educación.
De acuerdo con la reciente medición del Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL) 2020, de los 15 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza, ocho se encuentran en esta entidad.
Pese a todo pronóstico, la actual administración de Alejandro Murat Hinojosa (2016-2022) ha logrado revertir algunos de los problemas que heredó de sus predecesores, dando a la entidad finanzas sanas y colocándola en el centro del país, como un estado de gran importancia política, cultural y turística. Una tarea nada fácil, luego de enfrentar dos terribles acontecimientos.
En primer lugar, el terremoto de 2017, donde Oaxaca resultó ser el estado más afectado de todo el país. Quedaron destruidas más de 20 mil viviendas en toda la región y otras 40 mil sufrieron daños; también quedaron afectadas tres mil escuelas. Además, quedaron dañados casi 600 edificios históricos, 60 centros de salud y hospitales, y 12 mercados.
En segundo lugar, la pandemia, que paralizó la economía de la entidad, toda vez que su gran motor es el turismo.
Es una proeza que ahora la entidad muestre un crecimiento sostenido, luego de que la esperanza de crecimiento se esfumó con los gobiernos del pasado, como el del priista Ulises Ruíz (2004 a 2010), y el del ex priista Gabino Cué Monteagudo (2010 a 2016), quien gobernó la entidad con la coalición Unidos por la Paz y el Progreso, conformada por el PAN, PRD, Convergencia y PT.
Este grupo, aseguraba, buscaba para Oaxaca “la paz y el progreso”, pero la entidad cayó en un estado de ingobernabilidad; las calles eran ocupadas por las constantes marchas de los ciudadanos inconformes, sumidos en la pobreza, la inseguridad y la falta de empleo.
El suceso más violento durante el gobierno de Cué Monteagudo fue el enfrentamiento suscitado el 19 de junio de 2016, cuando policías estatales y federales desalojaron a profesores y padres de familia que protestaban ante la Reforma Educativa, implementada por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con el registro, el operativo dejó al menos seis personas muertas y 108 heridos. Cué Monteagudo es considerado como el peor gobernador y quien más ha saqueado la entidad en la historia reciente de Oaxaca. Su mal gobierno sigue cobrando factura hasta la actual administración.
El sector salud es otro de los más golpeados por el precario manejo administrativo. Creó plazas sin sustento presupuestario, lo que a la postre fue insostenible.
Conflictos sociales
Quien también tiene un negro historial como gobernador de Oaxaca es el priista y polémico Ulises Ruíz (expulsado del tricolor en julio de 2021), calificado como represor y de haber cometido delitos de lesa humanidad, como desapariciones forzadas, asesinatos y detenciones arbitrarias con tortura.
En su administración, los maestros disidentes también la padecieron. En 2006, tras 23 días de plantón en el zócalo de la capital oaxaqueña, se registró un desalojo violento, que derivó en un conflicto social y político que duró hasta 2007.
La fiscalía estatal, en su momento, señaló que durante ese periodo de protestas ocurrieron 30 ejecuciones extrajudiciales, 311 detenciones arbitrarias, 381 lesionados, 248 casos de tortura documentados y la desaparición forzada de dos personas.
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De acuerdo con la lista nominal, el próximo 5 de junio saldrán a votar 3 millones 6 mil 638 ciudadanos, quienes tendrán la oportunidad de elegir entre la continuidad, con el candidato del PRI, Alejandro Avilés, o un cambio de partido.