Un hombre presumía, diciendo: “Mi arco es tan bueno que no necesito flecha”. Otro, afirmando: “Mi flecha es tan buena que no necesita arco”.
El hábil arquero Yi los oyó y les dijo: “Sin arco, ¿cómo puede disparar la flecha? Y sin flecha, ¿cómo pueden dar en el blanco?”
También lee: Dos culebras se mudaron de casa
Así, se valieron a la vez del arco y de la flecha; y Yi les enseñó a los dos hombres a disparar.