A partir de este lunes, 14 de julio, Estados Unidos, oficializara el arancel que impondrá a las importaciones del jitomate mexicano, y los expertos anticipan un escenario negativo ante esta medida. Cabe recordar que el gobierno de Donald Trump anunció en abril pasado la aplicación de un arancel de 20.91% a este hortaliza mexicana.
Esto sucede porque este lunes termina el Acuerdo de Suspensión del Tomate (TSA, por su sigla en inglés) que se tenía desde 1996, con el cual se limitaba hasta hoy el uso de aranceles sobre este producto en particular.
Según expertos y estudios realizados por universidades causará un impacto económico negativo de 8 mil 330 millones de dólares.
De acuerdo con un análisis de datos de la universidad de Texas A&M, este capital está compuesto por 3 mil 640 millones de dólares de daños de forma directa sobre procesadores y comerciantes en ese país, y de 4 mil 690 millones en efectos indirectos, como el gasto adicional que tendrán que realizar las familias.
Asimismo, indican que la cadena productiva de importación de jitomate mexicano sostuvo de forma directa e indirecta 46 mil 936 empleos, tanto en tiempos parciales y completos.
Destacan que en el sector minorista concentra casi 20 mil puestos de trabajo, seguido por el mayorista y el transporte.
De acuerdo con datos, las cuatro industrias con mayor impacto por las importaciones de este jitomate son la venta minorista (2.17 mil millones de dólares), la venta mayorista (1.46 mil millones), transporte (619 millones) y bienes raíces (269 millones).
El analista de política comercial de American Action Forum, Jacob Jensen, expuso que la imposición de este arancel causará un aumento de 7 por ciento en el costo promedio del jitomate para el consumidor final en Estados Unidos.
“México representa 61 por ciento del suministro total de jitomates frescos de Estados Unidos, casi el doble de la capacidad de producción local (…) se requeriría entre 42 mil a 250 mil acres adicionales de producción para compensar la falta de tomates mexicanos. Esto equivale a una superficie de hasta seis veces el tamaño de Washington, D. C.”
“Además implicaría reemplazar la producción actual de hortalizas o frutas en algún lugar de Estados Unidos, un proceso arduo y costoso”, destacó el experto.
Jacob Jensen concluyó que, si bien es cierto que la cuota de mercado de los productores estadunidenses disminuyó en las últimas décadas, es difícil argumentar que México esté inundando ese país con jitomates excesivamente infravalorados.
“Cabe destacar que ya se tiene esto en cuenta al establecer un precio mínimo para las importaciones de jitomate fresco de México para evitar que los exportadores mexicanos subcoticen a los productores estadunidenses de jitomate”, remarcó.
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El dato: Cada persona en Estados Unidos consume, en promedio, 22 libras de tomates frescos y 73 libras de jitomates procesados al año, en productos como kétchup o salsa para pasta, según el Centro de Recursos de Marketing Agrícola.
En 2023, Estados Unidos. importó un millón 793 mil toneladas de jitomate mexicano, equivalentes al 50% de la producción nacional y en 2024, la cifra aumentó en casi dos millones de toneladas, a 3.7 millones, de acuerdo con el Departamento de Agricultura (USDA).