El miedo al otro y la desconfianza ante el prójimo no son costumbres campechanas. Habitantes de una geografía tranquila y conocedores de los placeres que nos ofrece la sombra de los árboles en patios abiertos, eso de andar amedrentando a los demás no es cosa nuestra. Sabemos defendernos cuando nos atacan, pero no atacamos por deporte.
Sin embargo, desde hace varios años, el exgobernador Alejandro Moreno Cárdenas y sus secuaces han tratado de convencernos de lo contrario y, como no lo han logrado, ahora quieren importar estrategas con honorarios escandalosos para dar un paso más contra la hermandad campechana, y acabar de instaurar aquí, tierra pacífica, la violencia política más virulenta, aquella que busca combatir a los oponentes, no con el discurso, el trabajo y los resultados, sino con golpes, levantones y fatalismos.
Quizás pocos campechanos se acuerdan de Antonio Sola, un consultor político experto en construir falsas verdades a fuerza de repetir desde los altoparlantes de los medios de comunicación vendidos una serie de flagrantes mentiras.
En 2006, él se encargó de hipnotizar a millones de mexicanos para convencerlos de que el México más justo que proponía el entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, era un peligro para la estabilidad del país. Sus palabras, repetidas hasta el cansancio por los defensores de la injusticia en los canales de televisión más vistos en nuestro país, acabaron por servir de justificación al descarado fraude electoral que llevó a Felipe Calderón a ocupar una posición que la mayoría de los mexicanos no le otorgó.
Invitado por los dirigentes del PRI nacional y por el empresario Claudio X. Gonzales, esa misma persona ha llegado al estado en fechas recientes para construir una versión campechana de aquella campaña dedicada a sembrar miedo y desconfianza en el seno de un pueblo amistoso y unido.
Buscan lo imposible, convencer a las campechanas y los campechanos de que abandonen la confianza que han puesto en el presidente López Obrador y en la Licenciada Layda Sansores.
Pero se van a topar con pared, porque esta confianza ya no se basa en una esperanza ciega como antes, sino en la certeza de que el Gobierno de México está cumpliendo con el desarrollo de proyectos que impactan positivamente y de manera inmediata la economía de sus familias y apostando por cerrar la brecha de desarrollo entre el sur-sureste de México y el resto del país.
Además, el consultor Sola quiere cobrar 80 millones de pesos por la estrategia de comunicación con la que buscan dividir al pueblo que desea un cambio. ¡80 millones de pesos que acabarían saliendo de los bolsillos de las familias campechanas! Por supuesto que no lo vamos a permitir. Detrás de cualquier señalamiento de que la 4T es un peligro para México, veremos claramente las manos de los cretinos que buscan quitarnos la paz y la prosperidad a los campechanos que sí queremos trabajar con honestidad junto a una mujer que ama a Campeche de verdad.