No cabe duda que la oposición partidista no se ve por ningún lado. Los líderes de los partidos y sus cúpulas obtuvieron lo que deseaban: posiciones en el Congreso que les dejen vivir 3 años y luego 6 para ver si algo rescatan.
Pero los priistas y los panistas no están a la altura, se colgaron del hartazgo ciudadano y de la poca capacidad que tuvo la sociedad civil, la misma con la que se ha enfrentado el Pejelagarto.
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Algunos hacen hasta el ridículo diciendo que descubrieron un fraude electoral utilizando inteligencia artificial y eso es parte del pitorreo qué trae López Obrador en su mañanera.
Ya es un hecho la sobrerrepresentación y que los morenos junto con sus aliados van a tener mayoría en Cámara de Diputados y en Senado de la República. Así solo les queda la protesta y las denuncias mediáticas porque en la sumatoria les alcanza para poco.
Contemplando plurinominales y uninominales, Morena tendrá 236 diputados, mientras que el PVEM y el PT tendrán 77 y 51 diputados respectivamente.
En la Cámara Alta, Morena contará con 60 senadores, en tanto el PVEM y PT tendrán, respectivamente, 14 y 9 senadores.
Mientras que el Partido Acción Nacional (PAN) 72 diputaciones y 22 senadurías, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) 35 diputaciones y 16 senadurías y Movimiento Ciudadano 27 diputaciones y 5 senadurías, PRD 1 diputado y dos senadores.
Las estrategias se reducen como lo que están haciendo los trabajadores del Poder Judicial, ir a paro, los bloqueos y hasta la confrontación.
Los que hoy gobiernan salieron a la protesta durante las Reformas Estructurales del Estado de Peña Nieto, lo mismo con el desafuero de López Obrador y el plantón cuando gritaban fraude sin presentar una sola prueba. O que tal la “desobediencia civil pacífica” a la que llamaba Noroña y no pagaba los impuestos en el supermercado o la gasolinería.
En este momento la oposición y sus liderazgos deberían encabezar las protestas, en los foros para la Reforma del Poder Ejecutivo, en los medios explicando y hasta en la calle mostrando el músculo.
Pero no hay tales liderazgos, Xóchitl Gálvez se quedó muy lejos y hay desánimo sobre la perdedora de la elección. Por su parte Alejandro Moreno está ocupado con sus problemas por su reelección e impugnaciones. En el PAN los reclamos para Marko Cortés están a la orden del día. Algunos panistas están contentos por el regreso de Ricardo Anaya, otro candidato perdedor y el que rompió a su partido.
Así que este fin e inició de sexenio no se ve por donde la oposición pueda meter las manos, van a seguir jugando con ellos. ¡Aunque quieran no tienen con qué!
Entre Palabras
Dice el presidente López Obrador que ya cumplió. ¿Con qué?
Solo dos puntos. El primero, en salud no somos como Dinamarca. El segundo, este ya es el sexenio con más muertos.
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Hasta la próxima.
