Son de origen migrante en España y también juegan al futbol, como Lamine Yamal

Marcaje Personal | Algo tiene de moraleja que uno de los héroes de la selección española de futbol sea Lamine Yamal, un hijo de un marroquí y una guineana

Algo tiene de moraleja que uno de los héroes de la selección española de futbol sea Lamine Yamal, un joven de 17, cumplidos este 13 de julio, nacido en Barcelona e hijo de marroquí y una guineana.

Esto es así porque muestra el poderío profundo de un país que también es el de sus migrantes, quienes no tienen nunca una vida sencilla, como no la tuvo Yamal, en su primera infancia, pero fue reclutado para prepararse en La Masia, donde detectaron sus cualidades excepcionales.

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Como lo hizo con Lionel Messi, el club Barcelona coloca otro jugador grande en el panorama internacional.

Yamal es un catalán en todo el sentido de la palabra, porque en la magia que se desprende de su juego, está también el trabajo duro y constante, esa voluntad de nunca rendirse.

Es una de las fortunas del futbol, donde el talento y el mérito son cualidades que se cultivan, por el negocio, por supuesto, pero también por algo más intangible, eso que hace que miles de espectadores, acudan a los estadios, y millones lo vean en televisión o lo escuchen en la radio.

España, La Roja, es ya cuatro veces campeona de la copa de Europa. Todo un mérito, porque es la primera en lograrlo.

Pero esto no es sencillo y tiene que ver con esquemas de continuidad, en los que están contemplados los ciclos futbolísticos.

Después de la apoteosis por el triunfo en el mundial de Sudáfrica en 2010, cuando la escuadra española logró el campeonato, se tuvo que realizar todo un esquema comunicacional para estar preparados en caso de que los resultados no empalmaran con las expectativas en 2014, pero también para establecer un mensaje positivo y de futuro.

¿Cómo se hizo? Los patrocinadores de Movistar colocaron piezas de vídeo muy bien logradas bajo la frase, “la selección de un país que también sabe jugar al futbol”.

En una, los seleccionados se disfrazaron para trabajar de cocineros, obreros y cuidadores de niños, quienes posteriormente supieron que en realidad habían convivido con mundialistas como Andrés Iniesta; y en la otra se reunieron, sin que los invitados supieran de antemano, con científicos, innovadores, mujeres trabajadoras y estudiantes. Los futbolistas aplaudieron a quienes tienen logros de largo aliento en sus distintos campos.

Cuando en Brasil en las cosas salieron mal, y la legendaria Roja ya no era, en apariencia, lo que fue, sorprendió en redes sociales un mensaje de agradecimiento de miles de aficionados al futbol. “Gracias por todo lo que nos diste”.

En efecto, las derrotas no deben ser vistas como temas fatales, sino como situaciones acaso inevitables en las historias, porque eso es lo que da paso a que se mantenga el trabajo, se conserve lo que funciona y se hagan los ajustes necesarios para mejorar.

Eso hizo España, cuatro veces campeona de Europa.

Publicado en Forbes México el 16 de julio del 2024.

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