La tentación de censura y las pinceladas de autoritarismo

La tentación de censura

En varias ocasiones me he referido en este espacio a la maldita tentación que tienen los que ostentan el poder en silenciar las críticas. Este gobierno que presume ser de humanistas ha tenido varias pinceladas de autoritarismo comenzando por el presidente de la República, a quien no le gusta escuchar a sus opositores, ni que le den argumentos, y mucho menos que desnuden la corrupción en la que incurren.

Se enojó mucho cuando se dio a conocer la casa que habitaba su hijo en Houston y la excéntrica vida que se da, contraviniendo el discurso de la austeridad y de la pobreza franciscana.

Así se inventaron una sección en la mañanera que conduce Elizabeth García Vilchis, que, lejos de ayudar resultó un insulto a la inteligencia de los seguidores del mismo López. Muestra su ignorancia, su falta de cultura general, no sabe leer… Eso sí, va contra quien su patrón Jesús Ramírez Cuevas le dice.

Pero la realidad es que no desmiente a nadie y sólo hace el ridículo pretendiendo ser una defensora de las audiencias, mientras el presidente López cierra la pinza convirtiéndose en amo del insulto contra sus opositores. Se escuda en una supuesta replica soltando a sus jaurías rabiosas en redes sociales.

Pero esas mismas redes que en un momento le sirvieron para mandar sus mensajes como opositor y que al principio del sexenio llamó “benditas redes sociales”, han dejado de serlo para el presidente.

Las críticas y burlas en Facebook, Twitter y Tik Tok se cuentan por miles. Ahí todos los días hay encontronazos, amenazas y mentadas de madre de los dos bandos; eso ya no le gusta al inquilino de Palacio Nacional, que incluso ha pedido a las empresas que transparenten quiénes y cómo usan esas redes.

En días pasados y luego de la polémica sobre que la Guardia Nacional pasara a formar parte de las Fuerzas Armadas, en la cuenta oficial de Twitter de la GN se publicaron dos imágenes que parecen una campaña para amedrentar a los internautas: «Tus acciones en el mundo virtual pueden tener consecuencia en la vida real».

Aunque parezca una invitación sin malicia, puede ser todo lo contrario, una franca amenaza para bajarle a los comentarios contra el presidente y su séquito real, esos que no hace mucho gritaban “no a la militarización” y terminaron dándole la razón a Felipe Calderón.

Pero no es el único caso de pensamiento retrógrada. Un furioso senador morenista juró ir contra Lilly Téllez, no le gusta que se critique de la manera que lo hace la legisladora a los miembros de la 4T. Le molesta que Téllez sea incisiva con López Obrador.

Mire, estimado lector, nos podrán gustar o no las intervenciones de la panista, pero para desgracia de los cuatroteros resulta que “la Ley es la Ley” y está consagrado en la Constitución que los integrantes del Congreso de la Unión tienen fuero y el origen es protegerlos para que puedan verter sus críticas y opiniones.

Al senador Héctor Vasconcelos le salió el tiró por la culata, porque de seguir su ejemplo lloverían denuncias contra varios legisladores de todos los partidos incluyendo el suyo, más aún contra el presidente López Obrador.

Pero ahí queda una pincelada más de los “humanistas” intolerantes, como el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García y el de Puebla, Miguel Barbosa. Los libertadores del neoliberalismo no aguantan y caen en vértigos argumentativos como este personaje que se había mostrado mesurado.

Vivimos en un país que es el más violento para ejercer el periodismo: han asesinado a 40 compañeros y hay llamados internacionales sobre la violencia y estigmatización; se alerta sobre las libertades en México. Pero siempre está latente la tentación de la censura por parte de quienes tienen el poder… pero mejor ahí la dejamos.

Entre Palabras

¿En la Ciudad de México se inaugurará sin terminar el Trolebús elevado? ¿No aprendimos nada de la Línea 12?

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Hasta la próxima.