Desde la conformación de Va por México y la disolución de fronteras ideológicas entre los partidos políticos que es antinatura, quedó claro que se trataba de la conformación de un frente que tiene como objetivo arrebatarle el poder a López Obrador y Morena. No se les puede creer que sus intenciones son cándidas y de buena fe, de quienes le abrieron la puerta al presidente.
Los panistas son responsables del inicio de la guerra contra el narcotráfico en tiempos de Felipe Calderón, que desató el baño de sangre que vivimos y que dejó más de 120 mil muertos; y los priistas, de la corrupción majadera del sexenio peñista. De los perredistas no hay nada que decir.
Hace un par de meses, en la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión nos reunimos con Alejandro Moreno. Recién se había dado a conocer el primer audio donde dice: “A los periodistas hay que matarlos de hambre”. Luego, Layda Sansores, quebrantando la ley, presentó un nuevo escándalo cada semana. Inclusive usó al fiscal de su entidad, el expriista Renato Sales Heredia.
Alito se dijo perseguido y salió del país para denunciar ante instancias internacionales. Pese a ello, la presión aumentó con permiso de Palacio Nacional. Moreno Cárdenas no se ha cansado de repetir que no lo van a doblar.
Pero cabe la posibilidad que todo lo sucedido en los últimos días, con la propuesta de que la Guardia Nacional siga en las calles hasta el 2028, presentada por la diputada Yolanda de la Torre, sea una puesta en escena.
La posibilidad de que sea una salida escandalosa pero segura para el presidente del PRI en aquello del desafuero y presentarlo ante la autoridad. Por lo pronto, la gobernadora Sansores ya le bajó al nivel y anunció que se terminó el golpeteo al tal “Alito” Moreno en su programa “La hora del Jaguar”. En conferencia de prensa el tricolor mencionó que no le importa el show mediático de la campechana, aunque la verdad es que se había convertido en una piedra en el zapato.
Luego se le preguntó sobre el acercamiento que tuvo en San Lázaro el pasado 1 de septiembre, cuando Adán Augusto López se le acercó e intercambió unas palabras y hasta abrazo hubo de por medio; como testigo estaba Rubén Moreira. Claro que se lo achacan a que los políticos mexicanos son tan “maduros y prudentes” que se pueden saludar, pero ya en serio, conociendo las formas de nuestros políticos los mensajes son importantes.
Al inicio de la administración de López Obrador se le escuchaba decir a Moreno Cárdenas que tenía cercanía con el inquilino de Palacio Nacional y se hablaba de que lo había apoyado para llegar a la dirigencia del PRI.
En la Cámara de Senadores, sus compañeros de partido ya le dijeron que no lo van a acompañar para votar la propuesta de la Guardia Nacional. De paso le dieron un empujón más a las voces que piden que ya deje el cargo de presidente del Revolucionario Institucional.
El daño a la poca credibilidad que tiene esa marca política ya está hecho y personajes como el senador Miguel Ángel Osorio Chong lo saben. Quizá dejen que se siga hundiendo y rescaten lo poco que se pueda para el 2023 en Coahuila y el Estado de México, pero sobre todo para la elección presidencial de 2024.
López Obrador es un pésimo administrador de lo público. Así ha quedado demostrado en estos cuatro años de gobierno, pero nadie le puede pichicatear ni un ápice que es un estratega político, malévolo y con poder. Está convertido en jefe de campaña, no importa su candidato. Está pavimentando el camino para que tome la decisión.
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López le ha metido tremenda cuchillada a Va por México que se tambalea, quita del camino a Alejandro Moreno Cárdenas, y manda el mensaje para que otros no lo intenten. De paso, se saldrá con la suya de pasar la iniciativa de la Guardia Nacional.
En la conferencia de prensa que ofrecieron ayer en el CEN del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas no salió como suele hacerlo, derrochando soberbia como esos toreros de antaño. Mientras caminaba al estrado se le vio titubeante por momentos; el discurso no verbal lo traicionaba: sabe que perdió su capital político… pero mejor ahí la dejamos.
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