El PRI, los Moreira y Viggiano y su espectáculo decadente

Política Express | Rubén aclaró que con su hermano hay un distanciamiento irreconciliable.

El PRI, los Moreira y Viggiano y su espectáculo decadente

En los pleitos familiares uno no quiere ni enterarse y, menos aún, meterse. Los hermanos Moreira, entraron en disputas de poder hace ya casi una década, cuando uno, cual rey, heredó la gubernatura a su entonces querido y adorado hermano Rubén.

No pasó mucho tiempo para que ambos pelearan ya que Humberto salió muy mal parado del gobierno y, como único rastro de su paso por la gubernatura, dejó un Coahuila en crisis política, de seguridad y en bancarrota.

Diez años permaneció a la sombra y repudiado por haber endeudado a varias generaciones de coahuilenses, su estado.

Y el pleito de los hermanos se hizo evidente  cuando la llamada delincuencia organizada le mató un hijo a Humberto Moreira en cuya administración, por cierto, cobró auge el narcotráfico.

Las desgracias, lamentablemente, parecen ir a veces acompañadas.

Pleito público de los hermanos Moreira.

Uno en pleno poder y hasta disfrutando aún de las mieles del amor con una connotada hidalguense: Carolina Viggiano.

Humberto Moreira en franca decadencia y su hermano Rubén en la plenitud de la vida… y del poder.

Es definitivo, Humberto no quiere a su hermano pero menos a Caro. Confiesa que él no escogió a su cuñada, como tampoco a su hermano.

A través de un video este repudiado político coahuilense señala que Julio Menchaca es un hombre honesto y preparado y que va a ganar  dos a uno a su cuñada, la candidata de la coalición Va por México a la gubernatura del estado de Hidalgo.

Levantó polvo –en mi pueblo dirían mugre–, la declaración.

Un día después el tan comedido como inútil Alejandro Moreno, hoy dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional organizó conferencia de prensa junto con Rubén Moreira y la candidata para descalificar a quien dice, ya no es priista.

Moreno, conocido hace muchos años como Alito, quizá más por su estatura política que por cariño, rompió lanzas contra su correligionario Humberto  Moreira y quien hoy es considerado como una vergüenza tricolor.

Las hay muchas, pero enfiló baterías contra el coahuilense.

Primero dijo que Humberto ya no es priísta, «no merece ningún comentario, simplemente es un ciudadano que puede emitir su opinión».

Y luego arremetió Rubén, el hoy coordinador de los diputados federales priistas y quien hoy anda más promoviendo la candidatura de su esposa Caro, que preparando e impulsando leyes en favor de los mexicanos.

Rubén aclaró que con su hermano hay un distanciamiento irreconciliable.

Y luego recomendó lo que él ni su hermano pudieron hacer durante los 12 años que tuvieron el poder en Coahuila: «tenemos que evitar que la violencia llegue acá (a Hidalgo) tenemos que evitar que el narcotráfico llegue a Hidalgo, tenemos que evitar que las mujeres de Hidalgo sean asesinadas».

Y luego recriminó a Morena incapacidad para garantizar seguridad y paz.

Con todo esto no cabe duda que a los Moreira les quedó chico Coahuila y ahora quieren, a través de Carolina, hacer presente su poder en Hidalgo.

Triste espectáculo ofrecen Alito, Carolina y los hermanos Moreira.

Es definitivo: en Coahuila no los quieren.

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Tampoco Hidalgo celebra su presencia porque dan muestra palpable de un partido que hace tiempo perdió la brújula, de una dirigencia que no mira más allá de sus intereses y de una familia que… son un desastre y que se muestran tan cual: decadentes.

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