PACHUCA — De acuerdo con las encuestas, Julio Menchaca Salazar es el mejor posicionado para obtener la candidatura de Morena al Gobierno de Hidalgo y para ganar la elección. De modo que no faltan quienes tengan interés en mermar sus posibilidades. Así, ha circulado en algunos medios que el senador viajó en un «avión privado» a la toma de protesta del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya. Se busca crear la percepción de que el precandidato no cumple con la política de austeridad del presidente López Obrador. Al mencionar «avión privado» se asume una idea relacionada al lujo y de inmediato se asoma el episodio de la exsecretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, cesada por acudir en un vuelo particular a la boda en Guatemala del extitular de la UIF, Santiago Nieto Castillo. Se pretende, pues, vincular a Menchaca Salazar a una semántica de derroche. No importan los hechos, sino el efecto de la mentira.
Las publicaciones están medidas. Se dieron un día después de que el senador se registrara en el proceso interno de Morena para la elección de candidato. Y el caso no emergió en las planas de Hidalgo, sino fuera, en medios de la Ciudad de México, a donde pocos tienen acceso. Por supuesto, nada de esto es gratis. Literalmente, no es gratis. Tal desglose de propaganda se paga en efectivo y, para ello, se necesitan tres personas: un interesado, un publirrelacionista y un vendedor. Además de un motivo; en este caso: intentar reducir al competidor favorito.
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En este punto, caben las especulaciones. ¿Quién está pagando la operación de guerra sucia contra Julio Menchaca, es decir, contra Morena? Sólo los interesados saben y, en todo caso, la víctima también. El curso de los acontecimientos nos lo dirá. El punto es, ¿podrán bajar al precandidato de las encuestas? ¿Les resultará hacerlo pasar como una especie de jeque hidalguense? Es difícil creerlo. A diferencia de otros prospectos, el senador no es un invento del sistema. A diferencia de otros, los años le han valido para construir un prestigio como jurista y como político. Lo conoce bien el presidente López Obrador y su círculo cercano. La gente lo estima. Goza del reconocimiento de su Partido. De tal manera, la maniobra mediática se contradice con los hechos. Cabe aquí la enseñanza de uno de los grandes pensadores de la Comunicación, el alemán Jürgen Habermas: «el enunciado sólo es válido sólo cuando sus condiciones de validez se han cumplido». Es decir, que el mensaje será efectivo si, y sólo si, cumple con los criterios de verdad. Y si no, tendrá un efecto contrario: la misiva que fue creada para destruir, dados los hechos, terminará por fortalecer a su objetivo.