Luego de que Eliseo Fernández, candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Campeche, fuera grabado tocando de manera abusiva a la candidata de este mismo partido a la presidencia municipal de la capital del estado, su popularidad ha caído en picada, y esto lo registran hasta las más vendidas de las encuestas.
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Es práctica común que, a medida que la elección se acerca, las casas encuestadoras que manipulan metodologías para favorecer a sus clientes comienzan a retratar escenarios más reñidos para no arriesgarse a ver por completo abatida su credibilidad con resultados que nada tienen que ver con las verdaderas preferencias de la ciudadanía.
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Pero la cercanía de las elecciones y el desenmascaramiento de la misoginia de Fernández Montúfar no son la única razón de su caída en las preferencias electorales.
Su desempeño en el debate es el otro gran fracaso del candidato de Movimiento Ciudadano que explica que ya no lo quieran apoyar ni quienes se dedican a falsear la percepción de la gente con encuestas amañadas.
El principal error de este candidato a todas luces agresivo y visceral fue no refutar con claridad ni una sola de las acusaciones de corrupción que le hicieron prácticamente todas y todos los demás candidatos.
Mientras que él atacaba con pura retórica, la candidata de Morena, Layda Sansores, y el candidato de la alianza Va por Campeche, Christian Castro, mostraban documentos que evidenciaban un manejo corrupto de los recursos del ayuntamiento de Campeche, que fue presidido por Fernández hasta principios del 2021.
Falta de transparencia, ineficiencia en el uso de los recursos públicos, endeudamiento y adjudicaciones directas no justificadas fueron solo algunos de los señalamientos de que fue objeto Eliseo Fernández, y a los cuales no respondió de manera clara en ninguna de sus oportunidades.
Su falta de capacidad para mantenerse ecuánime ante el descubrimiento de sus fechorías provocó que el candidato llegara a interrumpir a uno de los moderadores y que abandonara el escenario antes de tiempo, ejemplo que hoy siguen sus colegas dedicados a la mercadotecnia política, quienes, ante el evidente naufragio, han comenzado a saltar del barco.