El presidente Andrés Manuel López Obrador y los de la 4T se jactan que son el gobierno más transparente y que informan de absolutamente todo. Para eso tienen la herramienta más poderosa que es la conferencia matutina, pero eso aplica únicamente en los temas que les interesan al presidente.
Para lo demás siempre hay evasivas, descalificación, insultos y acusaciones a los del pasado. Un aparato bien montado por Jesús Ramírez Cuevas para desinformar y manipular desde la mentira.
Aquí se lo dije, y de nueva cuenta lamento haber tenido razón en aquello de que tarde o temprano el equipo de comunicación social y su grupo de aplaudidores se iban a meter en una severa crisis.
En eso estamos metidos por la falta de pericia del vocero Ramírez Cuevas y el titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López, quienes hacen esfuerzos por desmentir que el presidente de la República tenga algún padecimiento grave que comprometa la gobernabilidad del país. Incluso aseguran que AMLO regresará a sus actividades antes de que termine el fin de semana.
Insisto, este gobierno no es transparente y fue con el robo de 6 millones de documentos, fotografías y videos a la Sedena, por parte de Guacamaya Leaks, que nos enteramos de un episodio cardiaco y el traslado desde su finca al Hospital Militar para estabilizarlo. Luego de eso y de ser cuestionado en la mañanera, al presidente no le quedó más que hablar de sus padecimientos. Han sido días de especulación y de inventos. Como dicen los incondicionales de López Obrador, hay hasta mensajes de miseria en aquellos que le desean la muerte.
Tuve la posibilidad de hablar con dos legisladores que estuvieron muy cerca de López Obrador en sus campañas y la información que reciben es la misma: se trata de un Covid-19 que lo mantiene aislado. Pero los dos coinciden que algo está pasando en Palacio Nacional con el presidente y eso genera incertidumbre en varios frentes. Me cuentan colegas que cubren la mañanera que inclusive algunos de los youtuberos están muy preocupados porque pueda ser algo más que Covid-19.
En el sexenio de Vicente Fox se dio a conocer la cirugía que le realizaron en la columna y luego que era medicado con Prozac. Con Felipe Calderón se informó de la lesión de hombro que sufrió y Gerardo Fernández Noroña soltó aquello del alcoholismo que se convirtió en un estigma para el michoacano. A Peña Nieto se le extirpó la vesícula biliar y durante la segunda parte de su mandato varios de los que hoy son gobierno hablaban de una posible enfermedad.
Incluso López Obrador posteó aquel famoso tuit de 2014 que le recordaron en estos días: “Existe el rumor de que EPN está enfermo. Ni lo creo ni lo deseo. Pero es una buena salida para su renuncia por su evidente incapacidad”.
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Si el silencio sobre la salud del presidente es una estrategia para ganar tiempo, para renovarlo o darle descanso, para sacarlo de la controversia, le hacen un flaco favor porque así no opera López Obrador. Así, el equipo de comunicación del Gobierno de México opera desde la incapacidad. La salud del presidente es un tema de interés nacional y las descalificaciones no bastan… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.