Caminos inseguros

Caminos inseguros

En una entrevista a principios del 2018, el ahora presidente anunciaba su propuesta de seguridad, decía “abrazos y no balazos”, muchos pensamos que se trataba de la retórica en busca de la Presidencia de la República, dijo que desde el 1 de diciembre de ese año su ejemplo sería suficiente para que las cosas cambiaran, que se iba a terminar con la corrupción, pero como suele suceder las promesas se las llevó el viento, se aprovechó de la pandemia por Covid-19 para eclipsar el problema pero la realidad que tenemos es un gobierno rebasado.

Los que hoy gobiernan niegan una y otra vez la polarización en la que nos hemos sumergido, claro que la estrategia viene de Palacio Nacional, pero somos los gobernados los que la hemos comprado, hay separación entre los gobiernos de los tres niveles porque les ganan los colores y eso los vuelve ineficientes, a eso hay que sumar a los índices de corrupción más la operación del crimen organizado. Esa polarización ya pasa la factura en la operación para llevar paz a la ciudadanía, claro que hay división de delitos y también delimitaciones de las responsabilidades que hoy unos y otros eluden.

López Obrador pidió ser presidente solo para los suyos, gobernar desde los medios de comunicación y un par de horas o quizá tres que dura la mañanera. Aquel llamado a un gran pacto nacional para rescatar valores nunca llegó porque la polarización es el medio qué más le sirvió para justificar los fracasos, sobre todo en seguridad. Ya ni la cantaleta de que se levanta e inicia con la reunión del Consejo de Seguridad se le puede creer, presenta gráficas que indican el deceso de los niveles de violencia y sus agoreros como Epigmenio Ibarra y otros desquitan los favores, pero, aunque no quieran este ya es el sexenio más violento.

Aunque la cosa no queda ahí, a pesar de la militarización y la Guardia Nacional hay territorios perdidos como en la guerra de Felipe Calderón, hay carreteras intransitables, los asaltos son el pan de todos los días y si no se detienen hay lluvia de plomo que les arrebata la vida a trabajadores del volante o quienes simplemente tuvieron la desgracia de transitar por uno de esos caminos. Apenas ayer se dio a conocer el asesinato de una familia mientras una menor pedía auxilio con un balazo en la pierna y como esas hay miles de historias con finales trágicos esos que no le gustan que se den a conocer al humanista del Palacio.

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Así que la situación de inseguridad qué se vive en el país poco ha cambiado desde que Felipe Calderón inició la guerra, luego Peña y ahora López Obrador. Ahí está un nuevo reclamo, “que deje de ser omiso, sino es que decir pendejo” dijo Maru Campos al Gobierno Federal por secuestro de cuatro miembros de la familia LeBarón y así vamos al cierre de esta administración… pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.