Aquí se lo he dicho, si alguien sacó provecho de la tragedia de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue López Obrador y sus seguidores, pedían justicia, cerraban calles…
Le exigieron con todo a Peña Nieto que los presentaran con vida y se conociera la verdad. Decían que si el tabasqueño llegaba a la Presidencia el caso quedaría resuelto, pero nada pasó.
Estamos a unas horas de que se cumplan 10 años de aquella tragedia, y a unos días de que termine la administración de Andrés Manuel López Obrador y los resultados son hasta peores que con la verdad histórica de Peña Nieto y Murillo Karam.
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No solamente se empantanó la investigación y se desestimó el trabajo del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, que cabe mencionar impulsaron en el pasado.
Fue en la administración de la 4T en que desde Palacio Nacional se empoderó al Ejército en todos sentidos y se exoneró a los militares acusados y en proceso por aquella noche en Iguala.
Ahí queda la falla de Alejandro Encinas encargado de la investigación, sus resultados fueron una pifia.
También queda para la historia la defensa de López Obrador a los militares cuando antes gritaban ¡fue el Estado! Hoy, aquellos gritoncitos son gobierno y justifican el fracaso.
En el tema hay actores como Salvador Cienfuegos que fue secretario de la Defensa Nacional con Peña Nieto y que debe tener elementos que aportar y que le exigían en aquellos años.
Ya en el sexenio del Pejelagarto fue detenido en Estados Unidos y acusado por tener nexos con el narcotráfico, la 4T lo defendió y pasó de villano a ser reconocido por el mismo presidente en la conmemoración de la fundación del Colegio Militar.
Ahí perdió toda autoridad moral el que se dice superior y humanista, terminó por darle la razón a Peña Nieto.
Aquellos como Paco Ignacio Taibo II que fueron grandes críticos y hasta participó en un documental, guardó su espíritu en un cajón de su despacho del Fondo de Cultura Económica.
O que tal el productor de narcoseries Epigmenio Ibarra, que sigue pasando lista, pero sobre los resultados que presentó Encinas guardó silencio, quizás por aquello del préstamo que todavía no paga.
Desde su campaña electoral, AMLO aseguró que el caso de los normalistas sería una prioridad.
Sin embargo, a pesar de la creación de una Comisión de la Verdad y la reapertura de las investigaciones, los resultados han sido insuficientes.
Aunque se revelaron nuevos detalles y algunos implicados fueron arrestados, las versiones oficiales siguen siendo confusas y contradictorias.
La desconfianza hacia las instituciones encargadas de la justicia no ha disminuido, y las familias de las víctimas siguen esperando respuestas claras y definitivas.
El fracaso del gobierno de AMLO en el caso Ayotzinapa no puede verse de manera aislada, sino como parte de un problema estructural más amplio: la impunidad.
La desaparición forzada, la corrupción y la colusión entre actores del crimen organizado y funcionarios del Estado han convertido a México en un país donde la justicia es la excepción y no la norma.
Se cumple otro aniversario de aquellos acontecimientos que cambiaron al país, tambalearon a México y tiraron el gobierno de Peña Nieto y sus Reformas Estructurales.
En este gobierno nada paso, la protesta sigue en las calles, con los familiares de las víctimas y su dolor que se añejó 10 años sin saber que pasó y un presidente escondido detrás de murallas igual que Peña Nieto, igual que Felipe Calderón… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.
