«La creación intelectual es el más misterioso
y solitario de los oficios humanos»
Gabriel García Márquez
@arturosuarez
En la conferencia de prensa del pasado viernes, López Obrador no atinaba a explicar qué había sucedido con la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y con Joaquín Guzmán López, uno de los herederos de Joaquín “El Chapo” Guzmán encarcelado en Estados Unidos y condenado a cadena perpetua.
El jueves pasado la noticia corrió como reguero de pólvora, medios y redes daban cuenta de la escueta información proveniente del otro lado de la frontera y el gobierno de López Obrador tardó en reaccionar.
Me dicen que en Palacio Nacional había enojo como nunca por parte del presidente, sobre todo porque no hubo la cortesía para llamarlo desde Washington y la inteligencia de México había fallado.
Al día siguiente vinieron las tibias explicaciones frente al bombardeo de preguntas por parte de los periodistas.
Las respuestas de la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, a las preguntas de los comunicadores rayaron en lo mismo: puro desconocimiento: “se está investigando”.., “vamos a esperar”.., “en el transcurso del día daremos más información”…
Parecía un guión recitado en voz de una titubeante Icela Rodríguez, quien por cierto será la próxima encargada de la Segob en el gabinete de Claudia Sheinbaum.
Solo una cosa era segura: habían pasado más de 20 horas y decían la verdad, no sabían absolutamente nada.
En aquella mañanera, la mirada de Jesús Ramírez Cuevas se cruzaba con sus subalternos, esos que amenazan y pasan la navaja de la censura a los reporteros, pero esta vez nada pudieron hacer, solo tomar nota de quienes preguntaban sin micrófono y sin permiso para lanzar más interrogantes, con las que más se enredaban…
Los “paleros” del régimen –que se dicen “reporteros”– tampoco pudieron bajar la intensidad a los cuestionamientos, porque no tienen ni idea.
La cosa es verdaderamente seria para cualquier gobierno, pero sobre todo para este que se vanagloria del respeto que nos profesan los gobiernos extranjeros, pero se les da permiso para que operen en nuestro territorio.
No se debe olvidar que Trump dobló a López Obrador y a Marcelo Ebrard y los llevó a la Casa Blanca, luego se le dio la tarea a la Guardia Nacional para endurecer la política migratoria en la frontera de Chiapas con Guatemala.
Ya se había quejado el ex embajador Christopher Landau de la “actitud pasiva” de López Obrador hacia los cárteles de la droga y todo por aquello de “los abrazos y no balazos”.
También advirtieron que se han perdido territorios donde operan impunemente los diferentes cárteles.
Ahí están las alertas migratorias para que ciudadanos estadounidenses no visiten, o lo hagan bajo su propio riesgo, a estados como Guerrero o Michoacán.
La salida constante de “yo tengo otros datos” no le funcionó al gobierno de la 4T, porque ni otros datos tenían.
Eso sí, en las últimas semanas el Pejelagarto ha acusado una y otra vez a la DEA por dar información, según López, falsa para la construcción de un reportaje del periodista Tim Golden que publicó en ProPublica. En ese trabajo se vinculó con el cártel de Sinaloa al presidente López Obrador.
También le tocó a la periodista Anabel Hernández a la cual le reconocía su trabajo contra los presidentes anteriores y ahora dice que es agente de la DEA.
Sí se cumple el escenario que pone a Donald Trump en la presidencia, vaya tema que tendrá el gobierno de Claudia Sheinbaum en plena crisis del fentanilo y la negociación del Tratado de Libre Comercio.
Trump les va a torcer la mano para cambiar la política de brazos caídos en el tema del combate al narco y si es Kamala Harris las formas no serán las mismas pero la exigencia sí.
Mientras tanto la realidad del gobierno de López Obrador es no tener información de los temas importantes, las agencias de EU ni lo tomó en cuenta para ejecutar el operativo en que capturaron a los capos, no les tienen confianza… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.
