La escena causó conmoción y hasta se hizo viral. En plena movilización para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, un elemento de la Guardia Nacional enfocaba la mira telescópica de lo que parecía un poderosísimo rifle hacia la multitud. Y lo hacía desde la azotea de Palacio Nacional.
La escena recordaba la culminación, en el Zócalo, de la llamada Marcha del Silencio en agosto de 1968 cuando el país era gobernado por Gustavo Díaz Ordaz y los estudiantes reclamaban cambios en la vida política del país. En esa misma azotea guardias presidenciales hacían alarde de sus armas.
Esta vez la movilización era de mujeres que exigen el cese de la violencia de género, igualdad de oportunidades, fin de feminicidios, violaciones y discriminación social y laboral hacia ellas.
Ahí, justo atrás de lo que el vocero presidencial definió como muro de paz, un guardia nacional podía observarse portando su digna de la última zaga de la películo “Guerra de las Galaxias” y así fue captado por fotógrafos que cubrían la movilización femenina que culminó en el Zócalo.
Luego que se viralizó la imagen el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, tuvo que aclarar que nunca hubo personal armado en la azotea de Palacio Nacional durante la marcha #8M.
A través de un twitter explicaría que se trató de personal de resguardo que usó un inhibidor de drones tipo Hikvision para evitar vuelos sobre Palacio por ser un área reservada por seguridad”.
Y sí, sin duda, se trata de un inhibidor de drones armas muy utilizadas por personal de los organismos de seguridad de todos los países.
Se trato de un inhibidor de drones, armas muy utilizadas por personal de los organismos de seguridad de todos los países
Y es que cuánto más populares se hacen los drones de largo alcance, como los DJI Phantom o el nuevo GoPro Karma, más preocupaciones levantan por la seguridad y privacidad.
Pese a que en muchos países se requiere una licencia para poder volarlos en zonas pobladas, muchos pilotos simplemente los vuelan para grabar algunas tomas, sin preocuparse de nada más.
¿Cómo luchas contra un drón controlado remotamente en un radio de 4 kilómetros? Hace algunos años países como Reino Unido, Australia y Estados Unidos habilitaron un equipo de aves de cetrería (águilas y halcones, entre otras) para cazar drones en pleno vuelo.
Luego, avanzó la tecnología y uno de los resultados fue Dronegun, un arma creada específicamente para intervenir drones que están volando en zonas restringidas.
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De aspecto tosco y con una apariencia más similar a un arma de Starship Troopers, Dronegune en realidad es un inhibidor de frecuencias de muy largo alcance, y además, direccional.
Esto quiere decir que cuando este rifle se apunta a un drón, interfiere con la conexión de su dueño a una distancia máxima de 2 kilómetros, emitiendo una señal que confunde al drón.
Mientras se mantenga en la mira, el drón intentará volver automáticamente a su punto de partida al no encontrar la señal que le controla. Esto puede provocar que el dueño se dé por vencido y deje de grabar, o bien que sirva para conocer la posición concreta desde donde ha despegado para atrapar al responsable.
Esta tecnología no es nueva, existen otros dispositivos que emiten una señal que confunde al drón para que aterrice y deje de grabar.