La maestra Delfina Gómez, gobernadora electa del Estado de México, debe ser cautelosa a la hora de seleccionar al gabinete que la acompañará en los siguientes años, y también a la hora de aceptar la ayuda de personajes envueltos en oscuras polémicas.
Tal es el caso de Anthony Domínguez Vargas, el expresidente municipal de Tejupilco, a cuyo alrededor suenan denuncias por violaciones a los derechos humanos y excesos cometidos contra periodistas críticos a su labor.
De acuerdo con medios informativos, un periodista de El Observatorio del Sur habría sido amenazado por el entonces presidente municipal de Tejupilco, de extracción Morenista, quien supuestamente habría acordado con el crimen organizado que le dieran un escarmiento.
«Voy a ir a buscar a los líderes de la maña para que dé una vez me castiguen tres días y me traigan a manguerazos (golpes), como es la costumbre. Si ya no regreso es que me mataron», expresó en ese entonces una persona allegada al editor del periódico. Por desafortunada coincidencia, el cuerpo del periodista fue encontrado sin vida tiempo después en la comunidad de Cerro de Cacalotepec.
En su momento, la organización Artículo 19 dio a conocer las amenazas que envió Anthony Domínguez al editor del medio.
Medios informativos en territorio mexiquense califican a Anthony Domínguez como un joven arribista del PRI al que Morena recibió con los brazos abiertos.
Domínguez Vargas es licenciado en derecho y inició su carrera política en el PRI. Fue secretario particular de César Nomar Gómez Monge, secretario de Salud en la administración de Eruviel Ávila.
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Luego fue integrante de la LIX Legislatura del Estado de México, como diputado por el Distrito IX, que tiene sede en Tejupilco, e incluye a los municipios de Amatepec, Luvianos y Tlatlaya.
¿Qué se puede esperar del gabinete de la gobernadora entrante? Por lo menos, buen juicio y criterios firmes para empezar con el pie derecho.