Un día después de que manifestantes indígenas irrumpieron en la cumbre climática COP30 de Brasil, los delegados de los países volvieron a negociar acciones, políticas y financiación para abordar el cambio climático con un aire de calma.
La reapertura se había retrasado ligeramente para reparar los daños en la entrada ocasionados por el enfrentamiento de la noche anterior, en el que la Organización de las Naciones Unidas informó que dos guardias de seguridad sufrieron heridas leves, pero hubo cambios mínimos en los controles de equipaje al estilo de los aeropuertos.
🚨🇧🇷 BREAKING: PROTESTERS STORM COP30 IN BRAZIL
Demonstrators in traditional indigenous garb break down doors and clash with security inside UN climate summit in Belem.
Source: @RapidReport2025 pic.twitter.com/S9SxsMcV9Q
— Mario Nawfal (@MarioNawfal) November 11, 2025
Afuera, dos buques de la armada brasileña escoltaron una flotilla de protesta que transportaba a líderes indígenas y activistas ambientales alrededor de la bahía de La Guajara en Belém.
Los participantes portaban carteles que decían «Salven el Amazonas» o que pedían derechos sobre la tierra, y cientos de personas, incluidos líderes indígenas, residentes de la ciudad amazónica y delegados de la COP, se agolparon en la costa para observar.
Las conversaciones se llevan a cabo a puerta cerrada, pero la presidencia brasileña programó una sesión pública de «balance» más tarde este miércoles en la que los delegados pueden expresar sus preocupaciones sobre temas como los impuestos al carbono y la financiación para los países más afectados por el calentamiento global.




