Una toma clandestina que desemboca en la red de distribución de agua potable de colonias de Tepeapulco, en el altiplano hidalguense, contaminó el sistema del municipio. Desde la noche del miércoles el alto el riesgo de explosión.
Desde la tarde de ayer vecinos alertaron sobre el olor fuerte y sabor a gasolina del líquido que salía de las llaves de agua potable.
Tras esa alerta, el director de Protección Civil municipal, Eduardo Zepeda, quien confirmó que el Ejército y Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex) buscan el de la toma de huachicol y recomendaron a la población abstenerse de fumar y no prender estufas ni calentadores. Es más, solicitaron ni siquiera abrir las llaves y desconectar aparatos eléctricos.
«El hidrocarburo ha llegado al drenaje y tenemos esta situación alarmante», insistió a través de un video en el que mostró el líquido contaminado.
Especificó que el agua que llega desde el acueducto hasta la caja de agua municipal trae una mezcla de hidrocarburo, por lo que su uso y consumo también podría generar daños a la salud de la población.
La presidencia municipal emitió una alerta de riesgo y solicitó a los habitantes de cinco colonias por lo que procedió a evacuar el centro, Plaza Vieja, Calvario, 18 de marzo y Colonia del Trabajo; además, habilitó el auditorio de la cabecera como albergue temporal.
Desde 2018, Hidalgo se convirtió en el estado con mayor número de tomas clandestinas en el país, por parte de grupos de huachicoleros que operan en un corredor que involucra a 23 municipios, desde Huichapan, en los límites con Querétaro, hasta Cuautepec, cerca de la Sierra Norte poblana.
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Sólo durante el primer semestre de 2021 se detectaron en la entidad 2 mil 244 perforaciones a los ductos de Pemex, cuando en el mismo periodo de 2020 se hallaron mil 823 tomas ilegales.
De acuerdo con las autoridades estatales, las muertes violentas están relacionadas con la «rivalidad delincuencial», y señala a los traficantes de gasolina como los principales generadores de violencia.
Hay que recordar también que en el municipio de Tlahuelilpan una toma clandestina de combustible originó una de las peores tragedias en la región del Mezquital luego que a causa de una chispa decenas de personas que recolectaban combustible se convirtieron en verdaderas antorchas humanas.