Después de más de 16 horas de audiencia, los seis empleados del bar Black Royce, cuatro mujeres y dos hombres (Aritzi, Cecilia, las dos Ana Keren, Eduardo y Carlos) fueron vinculados a proceso por el homicidio del empresario Íñigo Arenas Saiz.
Ahora los seis trabajadores del bar llevarán su proceso al interior de una prisión en el Estado de México. La impartidora de justicia consideró que había indicios suficientes para continuar con las investigaciones en contra de los seis sospechosos.
Una juez de control decidió vincular a proceso por el delito de homicidio a Aritzi “N”, Ana Karen “N”, Cecilia “N”, otra mujer llamada Ana Karen “N”, ambas trabajadoras del establecimiento, así como de Eduardo “N”, que fungía como capitán de meseros, y Carlos “N”, que realizaba labores de seguridad.
En la audiencia se fijó un plazo de dos meses para concluir con la investigación complementaria. Asimismo, se notificó a la familia del empresario sobre la vinculación a proceso de los seis empleados del Black Royce.
El argumento fue que cada uno de los seis empleados del bar Black Royce cumplió un papel específico para retener y seguir dando de beber al cliente el que manifestó en varias ocasiones que se quería ir porque tenía mucho sueño.
En la audiencia, Ricardo, gerente del bar quien de detenido pasó a ser testigo, declaró que para que se le bajara la embriaguez, una de ellas puso un polvo verde en el vaso con agua de Iñigo, “que es una droga que utilizan para bajar la borrachera.
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Finalmente se notificó a la familia del empresario sobre la vinculación a proceso de los seis empleados del Black Royce. Lo anterior a pesar de los intentos de la defensa por demostrar que los ahora detenidos no tuvieron injerencia en la muerte de Íñigo Arenas.
