La expresión “rasgarse las vestiduras” se utiliza para describir una reacción exagerada o dramática ante una situación. Cuando alguien se rasga las vestiduras, significa que está excesivamente preocupado, molesto o indignado por algo, a menudo de una manera exagerada o teatral. Aunque esa expresión la escuchamos comúnmente en boca de políticos cuando se burlan de la intolerancia o fanatismo de algún colega, su origen se remonta a prácticas antiguas.
Para los gobiernos es muy difícil ocultar los fracasos y la corrupción, por lo menos así ha sido la historia reciente del país en este siglo.
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Vicente Fox con el “toallagate” y la corrupción de los hijos de Martha Sahagún que terminó mandando en Los Pinos.
Felipe Calderón con García Luna encarcelado en EU por sus nexos con el narco y los contratos de Pemex a la familia de quien fue titular de Segob.
Con Peña Nieto la “Casa Blanca” de su entonces esposa, los desfalcos de sus secretarios. Y con el Pejelagarto la corrupción de sus cercanos, el apapacho al crimen organizado a pesar de la promesa de que serían diferentes.
Sin lugar a dudas uno de los peores fracasos del gobierno que ya hace maletas para irse es el de salud, y aunque los jilguerillos del régimen quieran ocultarlo no se puede; todos los días se tejen historias en el IMSS, en el ISSSTE y otros sistemas de falta de medicamentos, enfermos que tienen que esperar meses para ser atendidos por especialistas y en ello se les va la vida, los que esperan y dan vueltas para conseguir sus medicamentos a pesar de la “farmaciota” que se les ocurrió y que no ha solucionado absolutamente nada.
Pero los responsables del desastre en que vivimos en salud tienen nombre y apellido, aunque les moleste a los incondicionales, comenzando por el jefe del Ejecutivo, quien escogió a su equipo.
Ahí está Jorge Alcocer, secretario de Salud, y Hugo López Gatell, quien fuera subsecretario, el encargado de generar la estrategia para hacer frente a la pandemia por Covid-19 y que falló en todo, pronosticó seis mil fallecidos y la cifra se le fue a más de 334 mil muertos.
Pero nada le preocupaba, porque tenía el manto protector del Presidente. Solo dejó el cargo para irse a buscar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México que no consiguió, luego la senaduría o una curul, pero tampoco, hasta que lo rescataron para ser consejero de la Presidencia por unos meses.
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El presidente López Obrador dejará un sistema de salud en ruinas y que claro no era el mejor del mundo antes de que llegara él, pero era mucho mejor de lo que es hoy. Hay un desastre en el tema de salud, lo fue al erradicar el Seguro Popular y lanzar un proyecto que ni siquiera estaba terminado como lo es el Insabi.
Al comentario del periodista Manuel López San Martín de que lo habían “sacado de la basura” para reincorporarlo, los seguidores del tabasqueño se le fueron encima porque a Gatell lo consideran un héroe.
¿Qué hubiera pasado con un funcionario con esa actitud de perdonavidas que fuera de otro gobierno?
¿Qué hubieran dicho si a estas alturas hubieran incumplido con la promesa de ser Dinamarca?
¿Estarían en desacuerdo en aquello de basura si Peña o Calderón hubieran reciclado a un funcionario?
Pero como lo he dicho en este y otros espacios, son los amos del relativismo y de rasgarse las vestiduras, como el tal Norroña en el INE para bajar a San Martín de la conducción del primer debate con el pleito que traen con Ricardo Salinas Pliego por el pago de impuestos, ya sabemos que les gustaría otro perfil como el zalamero del moñito que asiste a las mañaneras para que ese ejercicio fuera a modo.
Insisto, el fracaso en salud está a la vista de todos. Fallaron y van a dejar un verdadero desastre que la narrativa no alcanza a cubrir porque ha sido criminal… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.
