En Colombia, el cannabis medicinal se ha convertido en un medicamento que llegó para ser parte de diversos tratamientos; “a los epilépticos les ha cambiado la vida”.
“La cannabis medicinal no es una moda, no es un chamán, no es medicina alternativa, sino un medicamento que llegó para [formar parte del tratamiento de] los pacientes”, expresó Álvaro Francisco Torres, fundador de Khiron.
La empresa cuenta con plantío de cannabis medicinal, laboratorio para extraer THC y CBD, parque fotovoltaico, pozos de agua, así como Clínica Zerenia, en Bogotá y los consultorios en Cali, Medellín y Barranquilla.
Las clínicas y consultorios venden cada uno de los productos recogidos en el Valle de Tolima.
Los tratamientos recetados en la clínica de Zerenia son cannabis, hidroterapias y masajes; y a cada uno se le realizan estudios médicos, psicológicos y psiquiátricos. Todo, en conjunto, cura y alivia pacientes, como Guillermo Arturo Prieto (“Pirry”), periodista y fotógrafo, e Iván René Valenciano, exfutbolista de Monarcas Morelia y Tiburones Rojos del Veracruz.
“No es que el paciente venga por cannabis y salga de aquí con una bolsa: sale con un tratamiento integral para su salud”, añade el ceo de Khiron.
De acuerdo a Khiron los medicamentos producidos con cannabis medicinal tienen un costo de hasta cincuenta dólares, por lo que anualmente reduce el costo de un tratamiento.
“Ahora le dices al paciente que el tratamiento le costará la mitad de [lo que costaría con] los opiáceos, es decir, que va a pasar de 5 mil a 3 mil dólares”, dice.
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En México, hay 15 millones de pacientes potenciales que sufren de dolor crónico; en Colombia son 3.5 millones de personas las que presentan ese mal. Y se ha encontrado que en Perú y Ecuador hay un mercado de 2 millones de individuos adonde llegar. “No es ‘fiebre de oro verde’, pero sí reducirá costos de salud en los países”.