Tristeza y muerte al final del sexenio

Palabras Más | Con las estadísticas se puede decir que de poco sirvieron las reuniones de seguridad, esas que presumía que hacía a las 6 de la mañana

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No, el presidente López Obrador no entregará buenas cuentas a sus gobernados, aunque la fiesta sea grande y pretendan eclipsar la realidad con sus incondicionales en franca campaña en redes sociales, “reporteros” llorones entregando sus tesis en la mañanera o el Zócalo lleno con gente cantando con lágrimas para despedir al Pejelagarto como si fuera un líder religioso, eso solo enmascara la realidad de muerte que deja la 4T.

Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se fueron por la puerta de atrás, ninguno de los dos pudo pacificar al país.

El primero dejó 120 mil 463 muertos por el crimen organizado, muchos de ellos inocentes que estuvieron en lugar y hora equivocada para perder la vida y fueron llamados daño colateral.

El segundo, dejó 150 mil 451 fallecidos, impunidad y corrupción como nunca, pero sin lugar a dudas el caso de los 43 normalistas le echó a tierra el sexenio de las Reformas Estructurales del Estado y eso le abrió la puerta a López Obrador.

Pero hay una gran distancia de poder a no querer.

López Obrador llegó con legitimidad, mayoría en los congresos y el beneficio de la duda para responder por sus promesas de campaña, terminar con la corrupción, castigar a los integrantes de la “mafia del poder” por el daño al erario y pacificar al país.

Pronto, muy pronto mostró que no quería, eso no era prioridad en el gobierno de la 4T, aquello de “abrazos y no balazos” era literal una política de brazos caídos contra el crimen, el presidente prefirió buscarse adversarios con los periodistas, con los padres de niños con cáncer, con empresarios, con activistas, con las madres buscadoras y una larga lista, según él no podía manchar la investidura presidencial.

Al cierre de su administración ya se puede calificar como fracaso en el tema de seguridad, López Obrador va a dejar al país con cerca de 200 mil muertos por la violencia, 47 comunicadores muertos, 45 activistas.

Eso sí, en sus conferencias hacen malabares para intentar justificar tanta muerte, tanta violencia y tanto dolor. Al tabasqueño no le gusta que lo comparen con Calderón ni Peña, pero los números no mienten, va al final de la dila en aquello de la violencia.

Pero que conste que no quiso, porque el Congreso le paso la creación de la Guardia Nacional y luego que fuera un mando militar y que la corporación dependa de las Fuerzas Armadas. López y Marcelo decidieron hacer de la GN una extensión de la migra de EU para perseguir migrantes en la frontera del Suchiate y todo como parte de la negociación del T-MEC con Donald Trump que luego les dio un revés.

Con las estadísticas se puede decir que de poco sirvieron las reuniones de seguridad, esas que presumía que hacía a las 6 de la mañana si hay territorios perdidos como Zacatecas, Michoacán y Sinaloa, también se debe agregar Guanajuato por aquello de los delitos del fuero federal, pero eso no debe excluir de responsabilidades a los gobernadores, no importa el partido.

Aunque lo nieguen no quisieron pacificar al país y por favor aquello de las clases de periodismo tampoco son necesarias, no es amarillismo, no son los pinches medios o la mala fe de las líneas editoriales, se trata de una realidad como la de Rubén Rocha Moya comiendo en un gran restaurante de la Ciudad de México mientras se incendia su estado, ¿es amarillismo presidente?… pero mejor ahí la dejamos.

Entre Palabras

El presidente del Senado se dice víctima, pero es una calca de su comportamiento del pasado.
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Hasta la próxima.

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