La silla embrujada: no queda nada de lo que fue López

Palabras Más | Así decía Emiliano Zapata de la silla presidencial y quizá tenía razón, porque borró de tajo al personaje que fue AMLO

La silla embrujada: no queda nada de lo que fue López

Llegamos al día del presidente, fiel a las viejas liturgias del PRI del siglo pasado: en el día del Cuarto Informe de Gobierno de López Obrador no hay nada que presumir, no hay nada nuevo que no se haya dicho en las más de mil conferencias mañaneras.

Se regresa al besamanos en un contexto de sucesión anticipada. Con una gran popularidad del 61 %, aunque con muy pocos logros. Está muy lejos de entregar resultados que pudieran cerrar las bocas de sus detractores y no con la intimidación, que ya es frecuente desde Palacio Nacional.

Uno de los grandes pendientes que tiene López y su 4T es la pacificación del país. No se va a lograr y cada día que pasa se rompen los récords de Felipe Calderón y de Peña Nieto en aquello de los muertos.

Ha sido un baño de sangre a pesar de que desde el 1 de diciembre de 2018 el Congreso de la Unión, con su mayoría morenista, le dio el marco jurídico para la creación de la Guardia Nacional para lograr el objetivo que todo aquel que se precie de ser mexicano quiere: terminar con la maldita violencia, los desaparecidos, los desplazados, los huérfanos y una serie de delitos que se desprenden desde que se declaró la guerra al narco.

Ya sabemos que la respuesta del tabasqueño es el regreso al pasado y no asumir ninguna responsabilidad. Eso sí, el superior moral y alejado de la corrupción que fue como candidato se disolvió como bocanada de humo en el aire: ya no queda nada del luchador social que fue y que se perdió cuando ganó la Presidencia.

Como decía Emiliano Zapata, y quizá tenía razón con aquello de que la silla presidencial está embrujada, porque borró de tajo al personaje que fue López. Hoy es indolente, hay por lo menos cuatro millones más de pobres, una inflación del 8.62 % y la reducción de perspectiva de crecimiento por parte del Banxico al 1.6 %. Hay desabasto de medicamentos, un sistema de salud que está a años luz del de Dinamarca y la corrupción impera en la 4T.

Pero insisto, lo más doloroso es el baño de sangre en el que nos hemos metido, los descuartizados, las ejecuciones y levantones que justifican la idea del caudillo de militarizar el país, es decir, que la Guardia Nacional pase a formar parte de las Fuerzas Armadas cuando fue concebida como una policía con mando civil.

Aunque no tiene mayoría en las cámaras, el presidente mandará su iniciativa y con aquello de “no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley”, van a intentar modificar las secundarias o hacer un acuerdo, para lograr su cometido. Lo peor es que tampoco hay evidencia que dando ese paso se logre la paz en el país, porque se seguirá apapachando a los delincuentes que entienden el mensaje de que no les pasará nada.

Aunque el presidente se dice el segundo mandatario más popular del mundo. sólo por encima de Draupadi Murmu de la India, el mundo nos voltea a ver por razones como la violencia. Estados Unidos emite alertas para que sus ciudadanos no visiten Zacatecas, Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas por el riesgo que ello implica.

Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y de protección a periodistas han hecho llamados de atención por la violencia que ha cobrado la vida de 43 reporteros. Lo mismo sobre la violencia de género y feminicidios que se han registrado a lo largo y ancho del territorio.

Fiel a distorsionar la realidad, López Obrador se aventó la puntada que el único que entendía su posición en aquello de atacar las causas que llevan a los más jóvenes a enrolarse en las filas del narco fue el papa Francisco, y con eso le quiso bajar los decibeles al asesinato de dos sacerdotes jesuitas.

Ahora tocó el turno a Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien pidió que se revise la estrategia para combatir al crimen organizado.

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«México es un país que merece revisar su modelo de seguridad, asegurar la tranquilidad de sus habitantes, abatir la impunidad existente en los sistemas de justicia y erradicar la revictimización», dijo Bachelet, a lo que en Palacio Nacional hicieron mutis, no quieren que nada le aguade la fiesta del caudillo… pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.

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